El medio brasileño Poder 360 publica que el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva propuso a Paraguay una disminución del 11,6% de la energía producida en Itaipú que actualmente asciende a USD 16,71 por kilovatio al mes.
En cambio, el mandatario paraguayo Santiago Peña puja por un aumento en torno a USD 22 por kilovatio, de manera a obtener más recursos por los excedentes que se venden al Brasil, que consume el 80% de la energía de la hidroeléctrica.
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A cada país le corresponde la mitad de la energía, pero Paraguay es un mercado pequeño y consume menos del 20%, por eso vende los excedentes al Brasil con la tarifa acordada y que, según los especialistas, está por debajo del precio de mercado.
Los equipos negociadores de Paraguay y Brasil, en torno a la tarifa de Itaipú y de cara a la próxima ronda de reuniones para revisar el Anexo C del Tratado respectivo, se reunieron el lunes, pero el canciller Rubén Ramírez no habló de los avances.
De acuerdo con los medios del vecino país, Brasil no cederá a la propuesta paraguaya y la tendencia es que se mantenga la tarifa si no hay acuerdo para la reducción.
Por la venta de excedentes, Paraguay obtiene alrededor de USD 250 millones anuales, recursos que van al Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo (Fonacide).
Sin embargo, el Gobierno paraguayo está ávido por obtener más ingresos ante una deuda pública desbordada y busca recurrir a Itaipú con un aumento del 33% en la tarifa de la energía.
Esto permitiría un pago más elevado por parte de Brasil por los excedentes que compra de nuestro país, es decir, significa más ingresos de divisas para el lado paraguayo.
El Ejecutivo intentó cambiar la Ley de Fonacide para utilizar la totalidad del dinero para la alimentación escolar, despojando a los intendentes la administración.
No obstante, Peña reculó y no solo restableció los fondos en su proyecto, sino que otorgó más recursos a las municipalidades.