Zico Bacana, quien sobrevivió en 2020 a un atentado similar y ya fue investigado por su presunto vínculo con grupos paramilitares que operan en Río de Janeiro, fue muerto dentro de una panadería en la zona norte de la ciudad, de acuerdo con la Policía.
Junto al ex concejal de 53 años, quien fue paracaidista de la Policía Militarizada, fue asesinado también su hermano Jorge Tavares, mientras que su escolta resultó herido al parecer sin gravedad.
El político falleció en el Hospital Municipal Albert Schweitzer, mientras que su hermano fue atendido en el Hospital Carlos Chagas, pero tampoco sobrevivió a las heridas con arma de fuego provocadas por desconocidos que después de tirotearlos huyeron en un automóvil.
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El ex legislador municipal nunca fue vinculado a la muerte de Franco y de su chofer Anderson Gomes cuando salían de una reunión política con activistas mujeres en el centro de Río de Janeiro, pero fue escuchado en calidad de testigo.
La investigación sobre el brutal asesinato de la concejala entró el mes pasado en una “nueva fase” tras la confesión de uno de los autores materiales, que se acogió a los beneficios legales de una delación premiada, y la detención de un nuevo sospechoso.
El arrestado a finales de julio por la muerte de Franco fue Maxwell Simões Correa, un ex bombero militar y quien ya había sido condenado en 2021 a cuatro años de prisión por obstrucción a la justicia en el caso, aunque cumplía la pena en régimen abierto.
Fuente: EFE.