Desde que asumió Joaquim Silva e Luna la dirección brasileña de Itaipú, sus instrucciones han sido bastante claras: reducir los costos de la binacional a como dé lugar y buscar una tarifa de venta conveniente. Es por ello que está incurriendo en sendas medidas austeras, con el fin de alivianar la presión que genera el componente de los gastos superfluos al precio del producto. También está buscando otorgar una tarifa baja y previsible a Eletrobras hasta el 2021 y es una de las trabas que ocasiona el actual impasse de la empresa brasileña con la ANDE.
Reportes de la prensa brasileña mencionaron a principios de año que el general también tiene la misión de reducir el pago por cesión de energía a favor de Paraguay. De hecho, no es ninguna novedad que a miembros más conservadores de Itamaraty nunca les agradó el aumento en el pago que se dio durante el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva (el pago pasó de 3 a 9 dólares por megavatio hora). El ex canciller y ex candidato a la presidencia brasileña, José Serra, afirmó que su país hizo filantropía con Paraguay.
Según la margen brasileña de Itaipú, el general de Ejército ha logrado un ahorro de USD 42 millones (163 millones de reales) solamente en sus primeros 100 días de gobierno. Esto lo consiguió luego de cancelar contratos de auspicio (convenios) y aún no se contabilizó el ahorro que generará el traslado de los funcionarios de Curitiba a Foz de Iguazú. La migración comenzará en julio y terminará en el 2020. No obstante, ex directores brasileños de Itaipú aseguraron que esta movida generará más gastos porque se pagará desarraigo.