El ministerio brasileño de Justicia ordenó a las autoridades estadounidenses la “inmediata retirada de las esposas” cuando el avión con los expulsados aterrizó en Manaos (norte), en repudio al “flagrante desprecio a los derechos fundamentales” de sus ciudadanos, informó en una nota oficial.
Una fuente del gobierno brasileño explicó a la AFP que esta deportación “no guarda una relación directa” con la operación contra inmigrantes ilegales iniciada en Estados Unidos tras la asunción el 20 de enero de Donald Trump.
“Este vuelo se inserta en otro contexto: Un entendimiento bilateral entre Brasil y Estados Unidos, de 2017, que permanece en vigor”, dijo la fuente.
En la nota oficial, las autoridades de Brasil enfatizaron que “la dignidad de la persona humana” es “uno de los pilares del estado democrático de derecho” y configura “valores innegociables2.
88 BRASILEÑOS A BORDO. La Policía Federal (PF) informó en otro comunicado que el vuelo procedente de Estados Unidos aterrizó la noche del viernes con “88 brasileños” a bordo.
La aeronave tenía como destino la ciudad de Belo Horizonte (sudeste), pero presentó un problema técnico y tuvo que pasar la noche en Manaos, prevista originalmente como escala.
“Los brasileños que llegaron esposados fueron inmediatamente liberados de las esposas”, afirmó la PF, “en garantía de la soberanía brasileña en territorio nacional”.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ordenó este sábado que un avión de la Fuerza Aérea brasileña asuma el traslado de los deportados al destino final, Belo Horizonte.
En sus primero días de mandato, Trump ordenó varias medidas contra la migración ilegal, entre ellas deportaciones, el despliegue de tropas en la frontera con México y el arresto de 538 personas en situación ilegal, según reportó el jueves en la noche la Casa Blanca.
Asimismo, el viernes fueron deportadas 265 personas desde Estados Unidos hacia Guatemala, aunque las autoridades de ambos países no han aclarado si forman parte del grupo de arrestados.
“MOTOR DE DESARROLLO”. En tanto, la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, dijo este sábado en la instalación de la cuarta legislatura del Parlamento, que los miles de hondureños que viven en EE.UU. “no son una carga, sino un motor de desarrollo”.
“Con orgullo puedo decir que los hondureños somos la mejor fuerza laboral en los Estados Unidos, demostrando que no somos una carga, sino un motor del desarrollo de esa nación”, enfatizó Castro en un mensaje leído por el designado presidencial (vicepresidente) Renato Florentino, en quien delegó su representación en el evento del Parlamento.
Durante su alocución, la mandataria también señaló que su país está “en un proyecto de defensa y tomando diferentes medidas para nuestros migrantes frente a las amenazas de expulsión de los Estados Unidos”.
El Gobierno de México está dispuesto a cooperar con EEUU para recibir a sus ciudadanos deportados, luego de que la Casa Blanca anunciara que el país latinoamericano aceptó recibir cuatro vuelos en un día con mexicanos expulsados. “Siempre aceptaremos la llegada de mexicanas y mexicanos a nuestro territorio con los brazos abiertos”, señaló la Secretaría de Relaciones Exteriores. Previamente, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, aseguró en la red social X que “México aceptó un récord de 4 vuelos de deportación en 1 día”. Sin embargo, el gobierno mexicano no ha confirmado ni la llegada de vuelos ni algún acuerdo. “México tiene una muy buena relación con el gobierno de los Estados Unidos y cooperamos con respeto a nuestras soberanías en una amplia gama de temas, incluyendo la migración”, añadió la cancillería. Leavitt sostuvo que el acuerdo con México para recibir los vuelos de deportación “se suma a las devoluciones sin restricciones en la frontera terrestre, la deportación de no mexicanos y el restablecimiento de (el programa) Quédate en México”. Esa medida prevé que los migrantes esperen en territorio mexicano la resolución de sus solicitudes de asilo. Además, la secretaria de Prensa del presidente Donald Trump aseguró que el gobierno mexicano “también ha movilizado” a 30.000 guardias nacionales hacia la frontera. El comunicado tampoco menciona ese despliegue ni a deportados extranjeros, si bien la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, dijo esta semana que está dispuesta a brindarles atención y coordinar su repatriación con los países de origen.