En São Paulo, miles fueron al Largo da Batata, un punto de encuentro tradicional en el barrio de Pinheiros. Pancartas en defensa de la democracia, contra el racismo y críticas a Bolsonaro dominaban entre manifestantes, en su mayoría jóvenes que vestían ropas negras y usaban máscaras.
Gabriela Vitória (18), nunca fue a una protesta, acudió porque “Bolsonaro está contra todo”. “No quiere a negros, gays y mujeres. Solo piensa en los ricos. Estamos en pandemia y el quiere abrir todo”, manifestó la joven.
En la Avenida Paulista, a unos 6 kilómetros, menos de cincuenta personas acudieron para expresar apoyo a Bolsonaro y defender el fin del aislamiento. “La enfermedad existe, pero no es eso que está siendo divulgado. Es hora de abrir el comercio”, expresó una manifestante que prefirió el anonimato y portaba una bandera brasileña.
Autoridades regionales pidieron mantener los actos separados para evitar enfrentamientos. Pero, al final de la tarde, un pequeño grupo intentó realizar una caminata tras la manifestación y fue impedido por la Policía.
capital. En Brasilia, más temprano, cientos de personas también de negro y con máscaras, caminaron con instrumentos de percusión y bengalas hacia el paseo de los ministerios portando pancartas con mensajes como: “Todos por la democracia”, “contra el racismo y el fascismo” y “terrorismo es la política de exterminio del Gobierno”.
“Retrocede fascista, retrocede, el poder popular está en la calle”, coreaban los participantes de la primera manifestación contra Bolsonaro en Brasilia en plena crisis.
Un grupo menor a favor de Bolsonaro también acudió a la capital. Seguidores del presidente, que minimiza el Covid-19, acostumbran manifestarse los fines de semana con la presencia de Bolsonaro, frente a sedes de los poderes públicos pidiendo el fin de la cuarentena.