La brecha digital en la actualidad no se mide entre quienes tienen acceso a la tecnología y los que no, sino más bien en cómo se utilizan estas herramientas en las aulas, apunta el investigador Rodolfo Elías, de la organización Investigación para el Desarrollo.
Así lo demuestran estudios recientes, analiza el experto, que sostienen que, pese a que los alumnos cuentan con computadoras en sus casas o en la escuela, esto no define avances en sus resultados o logros educativos.
“No hay un impacto directo entre acceso a tecnología y logro de resultados educativos, al menos no es una relación simple y directa como muchos pensaban”, sostiene Elías.
Claro que no se puede descartar que estas herramientas sean de muchísima utilidad.
“Si se incorpora la tecnología dentro de un proyecto donde se involucra a los docentes, donde hay intencionalidad en términos pedagógicos, eso puede potenciar todo, pero no es cuestión de solamente añadir la herramienta informática”, agrega como sugerencia.
OTRA MIRADA. Con respecto a la brecha, lo que ahora se analiza es el alfabetismo digital. “El que utiliza las computadoras para buscar información puntual y precisa sobre una investigación es el que más avanzado está, contra un estudiante que apenas maneja programas básicos o información más dispersa y de fuentes no fiables”, dice.
Como ejemplo similar al caso local, nombra a Perú, donde hay herramientas, pero el acceso a internet es muy limitado. “Entonces el uso también se restringe así”, confirma.
Asimismo, expresa que a nivel local no se ve o, por lo menos, no se comparte desde el Ministerio de Educación algún proyecto educativo integral sobre tecnologías de la información y la comunicación. “Sé que hay fondos importantes para TIC, pero creo que no se sabe qué estado de avances tiene esto”, alude.
El Ministerio cuenta actualmente con USD 100 millones aprobados por el Fondo de Excelencia para invertir en tecnología en los próximos años. En cada discurso que brinda, el ministro Eduardo Petta asegura que la incorporación de herramientas tecnológicas será una de sus prioridades.
DIFICULTADES. El profesor Paulo Valdevito, de la escuela y colegio nacional Santa Teresita de Benjamín Aceval, indica que la precariedad en las escuelas públicas es uno de los factores que incrementan la brecha digital.
“Las escuelas tienen a lo sumo dos baños para 500 alumnos, no tienen laboratorios, o si los tienen, no se usan con criterio”, dice.
Valdevito insiste en que, además de los resultados educativos, también cuenta el mercado laboral, donde todo se hace a través de la informática.
“Los alumnos, por ejemplo, deben aprender a investigar con criterio, porque así también encuentran soluciones a problemas que pueden presentarse en cualquier circunstancia”, explica.
Cree que la brecha digital es más intensa en los colegios nacionales que en los privados, donde existen justamente proyectos educativos más allá del simple hecho de contar con laboratorios o computadoras en las salas de clase.