Con la intención de responder a la crítica de un usuario del transporte público, la Central del Transporte del Área Metropolitana (Cetrapam) generó una polémica en las redes sociales, que devino en una serie de burlas a los usuarios. Es realmente indignante la impunidad que goza este grupo de empresarios al que el Estado paraguayo permite que siga prestando el ineficiente servicio.
La controversia se inició con un irónico comentario en la red social Twitter: “Ahora a disfrutar del playlist del chofer”, señalaba un usuario comentando una fotografía que mostraba un ómnibus repleto de pasajeros. El comentario del usuario podría haber pasado desapercibido como uno de los miles que a diario se publican en las redes sociales para reclamar la calidad del servicio. Sin embargo, esta vez desde la cuenta de Cetrapam hubo una respuesta que logró encender la indignación de los usuarios. Con una fotografía de un tren repleto de personas y con la acotación: “Así se viaja en el primer mundo”. El comentario de Cetrapam, sin duda, estuvo fuera de tono; al contestar así al tuit de reclamo que también fue acompañada con fotos de trenes de otros países donde la gente viajaba parada y hacinada. Si bien la intención fue comparar la calidad del servicio de transporte de nuestro país versus la de un país desarrollado fue un fallido intento de defenderse de las críticas por el pésimo servicio, el resultado fue inesperado. Desde la cuenta de Cetrapam en una red social se logró desatar una verdadera rebelión de usuarios insatisfechos e indignados.
La idea planteada en la cuenta de los empresarios del transporte es errónea. Es absolutamente imposible comparar el servicio de metro o de trenes para satisfacer la demanda de millones de personas en ciudades populosas, no obstante bien organizadas. Y, al mismo tiempo, y como los mismos tuiteros se lo hicieron saber, el transporte público de Paraguay adolece de numerosas deficiencias.
Una de las razones del caos en tráfico de nuestras ciudades está directamente relacionada con el pésimo servicio que prestan los empresarios del transporte, amparados por autoridades irresponsables y con nulo sentido de compromiso con el bienestar de la población. El parque automotor que inunda nuestras calles y avenidas es una respuesta a esa ineficiencia. Comparar este servicio público con el de otros países es un grave atrevimiento y es todavía mayor esta afrenta cuando interesadamente guardan silencio respecto de nuestro arcaico sistema que no cuenta con servicio ni de metro, metrobús, trenes de cercanía, tranvías o el sistema de autobuses de tránsito rápido. Además de una pobre infraestructura urbana debemos mencionar las unidades que a diario sufren percances en la vía pública. Estas chatarras recorren cada vez más y ponen en riesgo la vida de las personas. Con qué atrevimiento, Cetrapam, podría comparar el servicio de metro de una ciudad de China que alberga millones de personas, con los buses obsoletos que circulan por una capital que alberga menos de un millón de habitantes. Los empresarios tampoco responden a las cotidianas denuncias de los usuarios por las reguladas que obligan a esperar por horas una unidad que, por lo general, está repleta, sin mencionar que no hay servicio nocturno y los fines de semana prácticamente no circula el transporte público.
Es hora de que los políticos y las autoridades asuman la responsabilidad y prioricen el bienestar de la población. Los paraguayos no se merecen este servicio deficiente que es caro y supone una diaria humillación y maltratos a los ciudadanos. Es hora de plantear un sistema integrado de movilidad urbana, pues el transporte es una necesidad básica para la población y su bienestar.