“Le estamos buscando a ese viejo. Le vamos a meter plomo”, es la versión que escuchó Juan Alberto Díaz, en referencia a él, “me amenazan por el tesoro que estamos por encontrar ya que hay mucho interés en eso”, dijo.
Díaz señaló que a raíz de eso, se escondió a unos 200 metros del lugar, desde donde dirige la excavación donde estarían los más de 10 mil kilos de oro.
“Yo confío en Dios, yo sé que no me va a pasar nada porque tengo pensado hacer cosas buenas con lo que encontremos”, mencionó. Añadió que saldrá del escondite una vez que tenga la información de que el cofre se haya encontrado.
Díaz indicó que solamente falta desagotar el pozo de agua, y que debajo de eso estaría el oro. “Si llegamos a vaciar hoy, ya tendremos el oro”, mencionó.
Acerca de la verificación que hizo la Secretaría del Ambiente (Seam), indicó que presentó hace 4 meses la solicitud para obtener la licencia ambiental y que nunca la secretaría se expidió. “Si hay una sanción va a ser una multa pero yo presenté hace 4 meses y no puedo estar esperándoles”, expresó.
La directora de Fiscalización de la Seam, Miriam Romero, dijo que con la excavación se produjo el rompimiento de varias venas de agua, lo que amenaza al agua subterránea y presentó un informe a la Fiscalía del Ambiente.
La fiscala Cynthia Lovera se constituyó en el lugar y mencionó que la suspensión de la obra debe definir un juez, aunque mencionó que queda por definir si la calle de la excavación pertenece a Capiatá o J. A Saldívar, para remitir al juzgado de ese distrito.
No obstante, inició la investigación por el supuesto hecho punible de violación a la Ley 716 del Medioambiente.