Se implementarán, en este sentido, tres programas específicos para protegerlos. Dichas iniciativas fueron anunciadas luego de los incendios registrados el 18 de enero último, que se extendieron durante varios días y dañaron más de 40 hectáreas tierra adentro del Banco San Miguel.
El primer programa a ser implementado tendrá como foco la seguridad. Se prevén el “incremento del personal de vigilancia (12 guardaparques) y equipamiento especializado, como drones, cámara de vigilancia y camiones cisterna”, informó la Municipalidad.
Cinthia Guerreño, directora de Gestión Ambiental, contó a Última Hora que existen personas que realizan fogatas en la reserva, inclusive asados. Se refirió también al control que se realiza de las personas que ingresan por medio del río.
“Hay ingresos por la zona de agua y es ahí donde normalmente empieza el foco de incendio, porque ahí se quedan en la orilla, hacen su fogata, pescadores y otras personas, y si no se apaga bien el fuego, eso puede avivarse con el viento y virar a otras zonas. Presumimos que es lo que pasó la vez pasada”, apuntó, y adelantó que se mantendrían conversaciones con la Prefectura Naval para coordinar trabajos de monitoreo y reforzar el control de la reserva.
El segundo programa anunciado por la Comuna consistirá en la restauración. Se trabajará por la reposición de la población arbórea y la limpieza y el retiro de los residuos acumulados, que son los principales causantes de incendios, como pudo constatar la ingeniera Guerreño tras una verificación realizada en la zona en colaboración con equipos de técnicos del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) y de la Entidad Binacional Yacyretá.
“Estamos en comunicación con la población que está acá. Ellos habitan este lugar, pero a la vez, a medida que habitan, también su trabajo diario es el reciclaje. Siempre les pedimos que traigan los residuos que les van a servir y que sean realmente valorizables, no tanto así otros residuos. Es un trabajo de conciencia”, detalló, y añadió que “se está tratando de mediar para que en algún momento sean reubicados”.
El tercer programa hará énfasis en la tecnología. Contemplará una evaluación ecológica rápida (EER), que permitirá generar información científica de los daños, en el caso del Banco San Miguel, y contar con datos sobre la biodiversidad de las reservas.
Guerreño resaltó que todas estas medidas tienen su razón de ser, además, en las condiciones climáticas que se prevén para el primer trimestre del año, atendiendo al fenómeno de La Niña. Se aguardan, por tanto, altas temperaturas, menos lluvias y largos periodos de sequía.
Señalización. La reserva del Cerro Lambaré cuenta con un plan de manejo que fue aprobado en setiembre del 2024 por el Mades. En él se menciona la variedad de vegetación y el registro de 85 especies de aves de distintas familias.
La zona recibe una importante cantidad de visitas los fines de semana, sobre todo los domingos. Trabajadores del lugar contaron que los visitantes demandan actividades de entretenimiento y señalización de los componentes y la historia del cerro.