Siempre es buena ocasión para analizar lo que pasa a nuestro alrededor y qué podemos mejorar si está en nuestras manos hacerlo. Todavía nos quedan 6 meses para terminar el año y creo que viene bien hacer un recuento de lo que pasó a nivel país hasta ahora, en medio de nuestra lucha de seguir avanzando. En lo personal, analizando todo, resumo que en muchos casos todavía falta la justicia.
Siempre hay que destacar lo bueno, en cómo hay funcionarios de justicia que son honestos y el fruto de su trabajo se ve a simple vista. Hay que reconocer que se están haciendo muchas investigaciones de manera rápida y esas están a punto de conseguir justicia o ya se lograron condenas.
Sin embargo, hay casos de corrupción a los cuales la justicia pareciera que nunca llega. Hay otros que ni salieron a la luz o que sí se supo, pero hicieron la vista gorda. Esto no es avanzar, pero estoy segura de que uno de los primeros pasos se está dando: La ciudadanía ya no está tolerando tanto seguir apañando delitos.
Y hablando de delitos, quiero hablar de dos de ellos, en los que todavía como sociedad podemos meternos.
Tenemos los casos de corrupción, algunos por robo en pandemia que, hoy, luego de dos años, todavía no se logran resolver. Algunos están atascados, por tantas chicanas.
Otros casos, cuya investigación incluso ya se inició hace meses, pero no tenemos nada seguro de si terminan o no en el oparei. No sabemos si va a haber pena para esas autoridades que supuestamente usaron plata que debía ser destinada para ese tiempo de pandemia.
Decimos supuestos porque nadie es culpable hasta que haya una condena que lo demuestre; pero lo que sí es cierto es que esos montos que se nos mostró sí se usaron; en qué, no sabemos. Hay documentos que demostrarían la sobrefacturación o la mala utilización para otros destinos.
En otros casos, como el de Nenecho, el del ex gobernador Hugo Javier, por ejemplo, no hay imputación. Y pese a que insistimos en conocer las causas, no dan detalles de cómo estarían avanzando estas.
Todavía nosotros como ciudadanos podemos exigir que se cumpla la ley y se esclarezcan los casos.
En lo personal, la corrupción es uno de delitos que me pesan fuerte, pero está otro que me destroza más, y es la violencia a niños y adolescentes, y también pienso en qué falta para avanzar con respecto a esto.
Si lo que buscamos es que cada día cuente y nos ponemos las pilas para buscar esa justicia, estoy segura de que podemos lograrlo. No olvidemos que hay muchos casos que quedan impunes porque quizás estuvo en nuestras manos poder denunciar y no lo hicimos.
Muchos niños hoy están sufriendo en silencio casos terribles de abuso. En ocasiones, familiares, vecinos, amigos saben de eso, pero no se quieren meter. ¿Cómo ese niño, niña o adolescente un día va a poder sentir alivio, poder tener justicia, si estuvo en nuestra posibilidad darle una manito y no lo hicimos?
Siempre decimos que el Estado debe hacerse cargo de eso, pero nosotros también podemos ser los ojos que el Estado necesita para visibilizar, hacerse eco y no ser cómplice.
Todavía nos azota una ola de delitos, así que, si está en la posibilidad, busquemos esa justicia.