Las esculturas fueron hechas con metal de hierro, cemento con fibra y membrana líquida. Serán trasladadas la semana entrante desde el taller del artista a sus respectivos sitios: Una custodiará el emblemático Pozo de la Virgen; otra estará en la rotonda dentro de la Villa Serrana y la tercera en Tobatí.
Monseñor Ricardo Valenzuela, obispo de la Diócesis de Caacupé, tiene previsto convocar a los feligreses a acompañar –en procesión– el traslado de las imágenes hasta los lugares señalados. Desde la Gobernación le comentaron que Valenzuela hará un llamado a la feligresía católica para el montaje de las imágenes, “posiblemente será el próximo jueves”, lanza.
ORGULLOSO. El artista reside en la compañía Hugua Guazú, camino a la localidad de Azcurra (Caacupé). Para él y toda su familia representa una verdadera satisfacción honrarle a la Virgen con este tipo de obras.
“Me encanta que esto se esté haciendo por primera vez en mi ciudad. Porque me pidieron gente de otra parte, como de Saltos del Guairá, pero no accedí porque primero quería que esto se haga aquí, en Caacupé”, comenta.
Asegura que su sueño de toda la vida fue hacer una imagen única de la Virgen y demostrar su talento, ya que muchos –dice– no creían en su capacidad. “Gracias a Tupãsy Caacupé, hoy, gracias a ella, tengo trabajo por todos lados. Yo sé que la Virgen quiso eso y nos hemos reunido los mejores artistas, los mejores albañiles, electricistas, arquitectos, diseñadores”, apunta sobre quiénes estuvieron involucrados en este proyecto.
TIEMPO RÉCORD. En palabras del artista, la gracia de la milagrosa Virgencita Azul le acompañó también para terminar en tiempo récord estos trabajos. “Normalmente este tipo de obras llevan como dos años y acá terminamos en tres meses”, señala.
La idea y propuesta de levantar una escultura enorme de la Virgen –cuenta– surgió en Tobatí, más específicamente en la compañía Rosado. Los pobladores del lugar aseguran que allí habita una Virgen que aparece a menudo a los pobladores de la zona. Ricardo recibió una sugerencia de uno de ellos para que construya un nicho, un panteoncito o alguna escultura pequeña para honrar a la Virgen.
Pero el artista pensó en hacer algo que –hasta entonces– a nadie se le había ocurrido: Crear una imagen gigante de la Virgen. Así fue empezó la primera escultura de la Santa Patrona, cuya financiación corrió por cuenta del señor Carlos Ortellado, según refiere.
Las autoridades de Caacupé, así como el gobernador de Cordillera, vieron lo que estaba preparando en su taller y le preguntaron si él era capaz de preparar esa escultura igual o más grande para instalarla en la Villa Serrana.
A falta de una, hizo dos imágenes, a cuenta de la Gobernación del tercer departamento. La imagen de 10 metros de alto irá al Tupãsy Ykua; la que tiene 12 metros será ubicada en la rotonda, al costado de la Basílica Menor, y la de casi 8 metros irá a Tobatí.
El taller de Ricardo está ubicado en Caacupemí, Azcurra, distante a 2,5 km de Caacupé.