El obispo de Caacupé, Ricardo Valenzuela, presidió la misa en Caacupé con motivo del Jubileo, que se celebra cada 25 años. Aprovechó la homilía para destacar el valor de la familia y el desafío de promover su unidad.
Mencionó que, si bien estamos de fiesta, para muchos la Navidad fue triste y dura, ya sea por problemas económicos o por las sillas vacías en la mesa.
“¿Por qué se desbarataría la familia? ¿Qué hacer para volver a unirlos?”, se preguntó.
Al respecto, acusó al individualismo, que quebranta la célula familiar y a su paso a toda la sociedad. Invitó a reflexionar qué lugar le está dando cada uno a su familia.
“Los niños y los jóvenes pasan mucho tiempo desocupados, solos y sin los beneficios, a veces demasiado zambullido en celulares y juegos electrónicos, y ahí va parte de su vida y de su crecimiento”, explicó entre algunas causas que afectan a la familia y sus integrantes.
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Asimismo, habló de los extensos horarios de trabajo, la migración y “el cambio de sistema que no favorece ni la convivencia ni la educación para el trabajo”.
En los casos más graves, comentó que muchos niños son obligados a trabajar, pero sin la compañía de sus padres, corriendo riesgos en la calle. Así también, mencionó la pornografía, la trata de niños, el pandillerismo y hasta los secuestros.
Por otra parte, criticó la dependencia prolongada de la asistencia estatal, porque considera que afecta la creatividad y las relaciones de la familia. Dijo que esta situación puede desencadenar miedo para buscar un trabajo formal.
Sobre este punto, llamó a perder el miedo e insistió en que es una necesidad promover la hermosura de la familia y el matrimonio.