23 feb. 2025

Caacupé: Unánime condena a desalojo de familias indígenas

Las homilías en el Novenario de la Virgen de Caacupé se ocuparon del tema desalojos y criminalización a comunidades indígenas y campesinas. En el primer día, el sacerdote Miguel Fritz habló de la desprotección a los indígenas y a los campesinos, mientras que el obispo de Misiones y Ñeembucú, Pedro Collar, instó a poner en práctica la palabra de Dios “promoviendo el diálogo social (…), prestando atención al clamor de la madre tierra ante la utilización indiscriminada de agrotóxicos y la tala despiadada de los bosques”. Adalberto Martínez, obispo de Villarrica, pidió no estar indiferentes ante los “desalojos inhumanos”, y el de Ciudad del Este habló sobre la expulsión de los indígenas de sus tierras y se preguntó dónde están las leyes que los protegen. Los gobernantes y políticos deben prestar oídos al clamor ciudadano expresado a través de los religiosos en Caacupé.

En las últimas semanas y desde diversos puntos del país llegó la información de desalojos de comunidades indígenas y campesinas en operativos que involucraron a fuertes contingentes policiales que incluyeron policías fuertemente armados, agentes de la Montada y helicópteros, para expulsar de sus tierras a los más pobres del Paraguay.

En sintonía con la gran preocupación que despertó en la sociedad, las homilías del Novenario de la Virgen de Caacupé estuvieron acordes al magisterio de la Iglesia, y enfocadas en su visión social. Hubo duras críticas al Gobierno por la violencia de los desalojos y, al mismo tiempo, se cuestionó la actitud de los agroempresarios.

El sacerdote Miguel Fritz, misionero de los Oblatos de María conocido por su lucha a favor de los pueblos indígenas, habló sobre el cruel desalojo de la comunidad indígena Hugua Po’i, en Coronel Oviedo, así como de la situación de los indígenas de Ka’a Poty, que se encuentran desprotegidos por parte del Estado. “Es llamativo que cientos de policías estén para los desalojos, mientras que en barrios urbanos la gente clama por un poco más de seguridad”, reflexionó Fritz.

El obispo de Misiones y Ñeembucú, Pedro Collar, abogó por el diálogo social “prestando atención al clamor de la madre tierra ante la utilización indiscriminada de agrotóxicos y la tala despiadada de los bosques”. También apeló a la promoción de “la dignidad de la persona, la dimensión religiosa del hombre, la familia, la libertad de conciencia, la solidaridad, la justicia, la promoción de la mujer, fomentar la organización y la dignidad en el trabajo, luchar por unas relaciones económicas que posibiliten mayor equidad e inclusión social”.

Por su parte, el obispo de Ciudad del Este recordó la nueva expulsión de indígenas de Alto Paraná de la comunidad Cerrito. ¿No se les puede dar un lugar, no se pueden aplicar las leyes que los protegen?”, se preguntó el prelado.

También Adalberto Martínez, obispo de Villarrica, pidió no estar indiferentes ante los “desalojos inhumanos” de los cuales son víctimas los indígenas y campesinos. “No podemos quedar indiferentes ante el dolor de nuestros hermanos indígenas, campesinos, que han sufrido desalojos inhumanos. Pedimos que se proteja la vida de los vulnerables, asegurando que sus reclamos legítimos o en sus disputas por conflictos de propiedad estos no sean perjudicados y postergados a favor del poder económico”, dijo.

El obispo emérito de la Diócesis de Caacupé, Claudio Giménez, afirmó que “todos necesitamos de vivir en paz, la Constitución Nacional debe respetarse y aplicarse, no es un libro de letras muertas y son los laicos que están en esos lugares concretos quienes deben hacer cumplir”.

Finalmente, el arzobispo Edmundo Valenzuela se refirió a las violaciones y a los atropellos a la dignidad humana en el país, y responsabilizó a narcos, corruptos y políticos.

La clase política y los gobernantes deben escuchar las preocupaciones de la sociedad, así como las de la Iglesia, en sintonía con la encíclica social “Fratelli tutti”, del papa Francisco, donde sostiene que el derecho a vivir con dignidad no puede ser negado a nadie.