Por Andrés Colmán Gutiérrez
Aunque son mencionados en algunos libros de historia, el nombre de ambos no figura en la galería de los próceres de la Independencia que engalanan los manuales escolares.
Han debido pasar 200 años para que, el pasado 5 de mayo, la Cámara de Senadores aprobara la media sanción a un proyecto de Ley, “Por el cual se declara Próceres de la Independencia Paraguaya de 1811 a Don Manuel Atanasio Cabañas y a Don Juan Manuel Gamarra”, en una justa tarea de rescate a los dos comandantes militares que en marzo de 1811 vencieron al Ejército del general argentino Manuel Belgrano en las batallas de Paraguarí y Tacuary, iniciando el proceso que desembocó en la emancipación.
BORRADOS. “Son los grandes héroes de la Independencia, cuyos nombres fueron prohibidos y borrados de los documentos oficiales por el dictador Francia, por haberse atrevido a hacerle oposición política. Lo curioso es que haya tenido que pasar tanto tiempo para que ambos sean devueltos a su verdadero lugar histórico”, destaca el escritor y artista plástico Carlos Colombino, actual director general de Archivos, Bibliotecas y Museos, quien es descendiente de ambos próceres proscriptos.
Hace dos décadas, Colombino, junto a familiares y amigos, iniciaron una campaña de reivindicación de la memoria de los dos héroes independentistas, principalmente al rescatar y poner en valor la antigua vivienda u Óga Guasu de la familia Cabañas, en la zona de Caapucú, hoy convertida en el Museo Casa Oratorio Cabañas, con muebles originales y tallas de arte religioso.
HÉROES MILITARES. Manuel Atanasio Cabañas y Gamarra (en esa época el apellido se escribía Cavañas, con v corta) nació en 1768 en Pirayú. Era bisnieto del caballero español Antonio Cavañas y Ampuero, llegado a América desde Santander, a mediados del siglo XVII, y quien recaló en Asunción en 1702, y nieto de Felipe Cavañas, “de quien descendemos todos los Gamarra en el Paraguay”, explica Carlos Colombino. Era un potentado estanciero, cuyos establecimientos abarcaban desde Itacurubí, San José y Barrero Grande hasta el Tebicuary.
De gran influencia en la población rural, tuvo además una exitosa carrera militar.
Juan Manuel Gamarra nació en la Villa Real de Concepción, hijo del cofundador de la ciudad, Juan José Gamarra y Mendoza, y desde muy joven abrazó la carrera de las armas, donde conoció a Manuel Cabañas y a su familia, al punto de conocer y luego casarse con una sobrina suya, Carmelita Cabañas. Juntos integraron el batallón de paraguayos que fue a Buenos Aires a combatir contra la invasión de los ingleses, de donde ambos regresaron con gran prestigio guerrero.
Cuando a fines de 1810, tras la independencia de Buenos Aires, un ejército al mando del general Manuel Belgrano invadió el Paraguay para buscar anexarlo a la Argentina, el gobernador Bernardo de Velazco convocó a los comandantes paraguayos, entre ellos Atanasio Cabañas y el coronel Manuel Gamarra, para dirigir la defensa.
El primer choque bélico fue en Paraguarí, el 19 de enero de 1811, cuando los españoles se baten en retirada, pero los paraguayos siguen peleando hasta lograr el repliegue de los argentinos, a quienes finalmente vencen en Tacuary, en marzo de 1811, emergiendo Cabañas y Gamarra como los principales jefes victoriosos, que obtienen la rendición del general Belgrano, con quien firman un acuerdo y le permiten volver a su patria.
EN TACUARY SE INICIÓ LA GESTA DE LA INDEPENDENCIA
“Hay historiadores que plantean que el primer acto de la Independencia paraguaya se da en Tacuary, cuando Gamarra ya no obedece al gobernador Velazco, sino asume en forma autónoma la representación del Paraguay para firmar acuerdos con Belgrano, y luego dejarlo ir”, destaca Carlos Colombino.
Cavañas es ascendido a teniente coronel, pero luego fue relevado del cargo de comandante por el gobernador Velazco, quien ya temía que estuviera preparando una conspiración independentista con Fulgencio Yegros, Pedro Juan Caballero y otros patriotas.
“Allí empieza una fuerte rivalidad entre Cabañas y José Gaspar Rodríguez de Francia, quien le había criticado duramente por haber dejado en libertad a Belgrano tras la batalla de Tacuary”, alega Colombino.
Aunque Cabañas y Gamarra tuvieron una activa participación en los preparativos para la gesta de Independencia, fueron posteriormente condenados al olvido y al ostracismo. En el caso de Cabañas, aunque él se retiró de la actividad política para refugiarse en su establecimiento rural, en 1822 el dictador Francia inició un proceso en su contra por su amistad con el caudillo uruguayo Gervasio Artigas. Tras su muerte, en 1828, sus posesiones fueron confiscadas por el Estado, fue declarado “traidor” y se le privó de todas sus jerarquías militares.
En el caso de Gamarra, fue electo diputado nacional por Concepción para el primer Congreso Nacional del 17 de junio de 1811. Luego ocupó el cargo de juez político y militar de su ciudad natal hasta 1814, fecha en que se retiró al paraje de Eguá, cerca de la actual Horqueta. Fue apresado por orden del dictador Francia y terminó sus días en la cárcel pública (el actual Cabildo), ya muy anciano, en la década de 1830.
“Sus nombres fueron borrados de muchos registros y varias generaciones de paraguayos olvidaron que ellos fueron también próceres de la Independencia. Hoy se empieza a reivindicar su memoria como un acto de reparación histórica”, destaca Carlos Colombino.