La organización estaba liderada por dos familias cuyos principales miembros se encontraban en Brasil y Paraguay, desde donde gestaron toda la operativa de la importación de la cocaína, informó este lunes la Policía y la Guardia Civil, cuerpos que llevaron a cabo la operación.
La red actuaba en los principales puertos españoles, por lo que la actuación policial se desarrolló en siete provincias, incluida Madrid.
Los miembros de esta organización criminal creaban empresas con la intención de simular un tráfico de mercancías legal con productos como carbón, arroz, melaza o sanitarios.
Además, contaban con testaferros en todas esas empresas para ocultar su verdadera identidad y obtener abundantes beneficios tras la introducción de la droga.
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La organización comenzó su actividad a través del Puerto de Barcelona (noreste), por donde introdujo decenas de contenedores de carbón vegetal, según la fuente, pero debido a los problemas logísticos con el carbón almacenado y las limitaciones derivadas de la pandemia del coronavirus, tuvo que cerrar esa vía de entrada y trasladó su infraestructura y logística al puerto de Algeciras, en el Sur de España.
La alta especialización de esta red llevó a los investigadores a intervenir más de cien líneas telefónicas y a analizar casi 200 contenedores importados desde los puertos de Brasil y Paraguay hasta España.
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En uno de ellos, procedente de Paraguay, que llegó al puerto de Algeciras, hallaron 63 fardos que transportaban 2.065 kilogramos de cocaína, ocultos entre 40 toneladas de carbón.
En octubre de este año, la Policía Nacional desbarató una red que operaba desde Paraguay y llevaba cocaína escondida en cargamentos de carbón a distintos puntos de Europa como destino final. La investigación derivó en la incautación de 2.906 kilos de la droga escondidos en bolsas de carbón y listos para ser exportados a Bélgica.