El Departamento de Antisecuestro de Personas de la Policía Nacional realizó este jueves una entrega vigilada y logró la detención de Carmen Carolina Ferreira Bogado, en prosecución de una investigación por un supuesto caso de extorsión. Según los investigadores, exigió dinero al sacerdote para no divulgar que ambos tuvieron un supuesto romance.
El procedimiento fue llevado a cabo a las 11.15, en la Plaza Central de la ciudad de Hernandarias, informó Édgar Medina, periodista de Última Hora.
Según la denuncia, la mujer supuestamente exigió la suma de G. 5 millones a un sacerdote para no difundir información de un presunto romance que mantuvieron años atrás.
El oficial inspector Édgar Galeano, del Departamento de Antisecuestro, explicó que supuestamente el sacerdote tiene una hija menor con la mujer. Dijo que la víctima mencionó que se haría cargo si comprobaba que se trataba de su hija, por lo que quedaron que debían hacer una prueba de ADN.
Mencionó que se le pidió a la mujer ciertas documentaciones para comprobar si se trataba de su hija, pero ella entró en contradicciones, y, por recomendación de un abogado, la víctima decidió presentar la denuncia.
“En el momento en que se dio cuenta, él se negó a ayudarla. La mujer le pidió G. 5 millones para dejarlo en paz”, agregó.
Fue así que se procedió a montar una entrega vigilada y el sacerdote la citó en la plaza para llevarle el monto de dinero, que previamente fue fotocopiado en su totalidad.
Con una autorización judicial, con tomas de fotografías y videos, se le entregó el dinero y, al momento de introducirlo en su cartera, fue abordada por agentes policiales.
Durante la detención, la mujer mencionó que se trataba de una confusión cuando se le mencionó el motivo del procedimiento.
El oficial explicó que la mujer le presentó al sacerdote a su supuesta hija, que tenía entre 5 a 7 años, y que coincidía con la fecha en la que se conocieron; sin embargo, la víctima investigó y pudo confirmar que la niña en realidad era sobrina de la mujer.
Por su parte, el fiscal Alfredo Torres afirmó que la víctima llegó a acceder en varias ocasiones al pedido de dinero y que esta vez ya no pudo más, por lo que realizó la denuncia.
Los nombres de la mujer, del sacerdote y de la niña se omiten en cumplimiento del artículo 29 del Código de la Niñez y la Adolescencia, que prohíbe la publicación de datos que permitan identificar a los niños en situación de vulnerabilidad.