Algunas GRB están originadas por magnetares, estrellas de neutrones alimentadas por los campos magnéticos más intensos del universo que pueden contener medio millón de veces la masa de la Tierra en un diámetro de 20 kilómetros. Apenas se conocen unos treinta. Un equipo de científicos encabezado por el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) ha estudiado una de estas erupciones en detalle y ha logrado medir las oscilaciones, o pulsos, en su brillo durante los instantes de mayor energía.
Esta información es crucial para comprender las todavía enigmáticas llamaradas gigantes de los magnetares.
“Incluso en un estado inactivo, los magnetares pueden ser cien mil veces más luminosos que nuestro Sol”, apunta Alberto J. Castro-Tirado, investigador del IAA y de la Universidad de Málaga, que encabeza el trabajo. En el caso del destello estudiado, GRB200415, que se produjo el 15 de abril de 2020 y duró en torno a una décima de segundo, la energía que se liberó equivale a la que irradiaría nuestro Sol en cien mil años. EFE