Diego Romero hizo caso omiso a la suspensión por 30 días, sin goce de sueldo, que le fuera aplicada el pasado martes y se presentó para la sesión ordinaria. En la ocasión, trató de “capataz de la mafia y del crimen organizado” al presidente de la Junta Municipal de Luque, Rómulo Pérez (PLRA).
La suspensión de Romero se dio tras las críticas que hizo a sus colegas por un supuesto arreglo para licitaciones y que tendría como implicados a integrantes del equipo político de Rubén González Chaves, condenado por enriquecimiento ilícito, lavado de dinero y denuncia falsa.
Diego Romero exigió ocupar su lugar en la sesión, lo que derivó en una serie de incidentes. “Yo vine a decir una posición política y me está cercenando el derecho a la defensa. El reglamento me ampara. Como un concejal que ingresó con 7.000 votos es echado por faltar el respeto, es algo referente a la educación y estoy mejorando”, dijo.
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El concejal suspendido cuestionó que a él lo suspendan mientras se permite que Rubén González Chaves siga ejerciendo su cargo, a pesar de que está condenado por corrupción.
Por su parte, Rómulo Pérez, titular de la Junta, aseguró que la sanción contra Romero fue debido a que este no quiso respetar el reglamento e insistió en debatir sobre un punto que ya fue resuelto en la sesión pasada.
En noviembre pasado, Diego Romero debía tomar el juramento a los nuevos ediles electos, pero decidió levantar la sesión, en medio de incidentes, para evitar el juramento de Óscar Rubén González Chaves, debido a que no contaba con información de si su condena se encuentra firme o no. Finalmente, con ayuda de los liberales, se consiguió que otro edil tome el juramento al hijo de Ramón González Daher.