Los últimos acontecimientos políticos desatados en el Congreso Nacional, con la expulsión de la senadora opositora Kattya González, dejaron nuevamente al descubierto la influencia del ex senador colorado Juan Carlos Galaverna. Sus consejos ejercen una fuerte influencia al interior de Honor Colorado, y en especial sobre la figura del titular de la ANR, Horacio Cartes, a quien impulsó para entrar a la arena política.
En junio de 2023, se despedía tras permanecer 34 años en el Parlamento, desde donde manejó los hilos del poder. Se acogió a la dorada jubilación.
El verborrágico colorado, más conocido como Calé, fue locutor, animador de programas y hasta intendente municipal de Ypacaraí. En sus inicios llegó a integrar el Movimiento Popular Colorado (Mopoco), combativo al régimen de la dictadura.
Siempre detrás del poder, acompañó la presidencia de Horacio Cartes; luego se distanció y se sumó al proyecto de Mario Abdo Benítez. Tras el viraje político, retornó al cartismo y se sumó al proyecto de Santiago Peña.
Hoy jubilado, es uno de los principales consejeros políticos de Cartes. Forma parte del Comando de Honor Colorado. En los últimos días, cobró protagonismo luego de que el propio senador Beto Ovelar confesó que Galaverna apoyó la destitución de Kattya González.
El peso político que tiene dentro del Comando y la autoridad que le otorga el ex presidente en la toma de decisiones están a la vista.
“Me opuse a la destitución de Kattya. Me ganó la pulseada Galaverna. Tuve que acatar lo que el Comando decidió”, decía la semana pasada Ovelar, haciendo gala de la demostración de poder.
Monje negro. Considerado como un saltimbanqui de la política que se fue ubicando en los distintos movimientos de su partido con un gran olfato del poder, fue electo diputado en las primeras elecciones realizadas después de la caída de la dictadura.
En 3 décadas que estuvo como congresista, jamás ocupó otro cargo, a diferencia de varios de sus colegas que asumieron en ministerios, embajadas o instituciones del Estado. Todo ese tiempo, él fue sola y exclusivamente parlamentario.
Pasó por varias carpas y fue uno de los artífices de la incursión a la política del empresario Horacio Cartes, para lo cual tuvieron que adecuar hasta el estatuto partidario.
Su apoyo fue clave para que el líder del movimiento Honor Colorado llegue a la presidencia de la República, pero luego vino el desamor.
Entonces, el veterano Calé apostó por su colega en ese momento, Mario Abdo Benítez, para la presidencia de la República, y la balanza del poder se inclinó a favor del actual mandatario.
Posteriormente, volvió a sumarse a Honor Colorado.
Su vuelta se dio para asegurar un lugar para su hijo Nano en la Cámara de Senadores, habida cuenta de su retiro. Salió Calé, entró Nano.
Algunos lo consideran, incluso, un monje negro, ya que siempre está detrás del manejo de la política criolla paraguaya.
El miércoles pasado, se lo vio al lado de Horacio Cartes en la Junta de Gobierno, precisamente, para preparar junto a dirigentes capitalinos todo lo relacionado a la Convención partidaria prevista para el 9 de marzo, en donde, casi con seguridad, es el propio Galaverna quien lleva la riendas sobre los temas a ser debatidos. La oposición alertó que el cartismo busca impulsar la enmienda constitucional para lograr la reelección presidencial y se prevé que este sea uno de los puntos a ser debatidos en la asamblea.
Fraude. Calé fue catalogado como el “ladrón confeso de elecciones”, luego de haber admitido que hizo trampa en los comicios del 92, favoreciendo al empresario Juan Carlos Wasmosy y perjudicando a Luis María Argaña, ya fallecido. Tras varios años, por este hecho, apenas fue amonestado en la Cámara Alta con una suspensión de 60 días sin goce de dieta.
Otro de los escándalos en los que estuvo involucrado tenía que ver con el club 24 de Mayo de Ypacaraí, en donde Calé era dirigente. Los integrantes figuraban como planilleros en el Tribunal Superior de Justicia Electoral.
Esta semana, reapareció en radios y acusó a Víctor Galeano Perrone y Luis Canillas de la muerte de Argaña.
El video y el vaso de agua, sus puntos de quiebre
Sin duda, el punto de quiebre de Juan Carlos Galaverna había sido aquel polémico video hot en el que aparecía con un par de funcionarias del Congreso, que él mismo se encargó de filmar, y posteriormente se viralizó, dejándolo en ridículo.
En un principio, se llamó a silencio, pero luego hasta leyó una carta en el atril de la sala de sesiones del Senado y apuntó el dedo acusador hacia sus correligionarios Óscar González Daher, ya fallecido, y Javier Zacarías Irún, con quienes mantuvo disputas.
En abril del 2019, el entonces senador por Cruzada Nacional, Paraguayo Cubas, fue hasta el curul de Galaverna y le derramó agua en el rostro durante un caldeado debate. Tal fue la vergüenza que pasó el legislador colorado, que buscó venganza a como dé lugar. Muchas personas, a través de las redes, festejaron el accionar de Payo. Pero luego, Galaverna también hizo lo mismo.
Justificó su accionar diciendo que “es un acto de dignidad. A los Galaverna se les puede tocar, pero gratis no”.