Un interesante debate se dio luego de que Paraguay llegara al grado de inversión según otra calificadora. Por un lado, se generaron dudas sobre la calidad de la certificación teniendo en cuenta la mala situación de algunos indicadores relacionados con la capacidad del sector público paraguayo para ejercer sus roles, especialmente aquellos relacionados con el buen funcionamiento del Estado.
Por otro lado, también se señaló que llegar al grado de inversión puede no tener ningún efecto positivo a menos que se realicen cambios sustanciales en las políticas públicas, sobre todo en aquellas referidas a la prevención y castigo de las actividades ilícitas y a las mejoras en la calidad de vida.
Dadas las debilidades señaladas por Fitch en su reporte, no resulta llamativo que esta institución mantuviera su calificación, ya que hace referencia justamente a algunos de los factores señalados en los medios de prensa, en las redes sociales y en algunos eventos posteriores a la calificación de grado de inversión.
Fitch, no obstante, proporciona elementos que permiten proyectar buenos resultados macroeconómico para los próximos años. Esta calificadora estima un crecimiento económico en torno al 4,5% en 2025 y 2026, beneficiando de manera significativa importantes proyectos de inversión extranjera.
Estas inversiones contribuyen a la diversificación económica de Paraguay, lo que podría ayudar a mitigar los efectos de la crisis climática. No obstante, a pesar de que la actividad manufacturera creció en los últimos años, solo representa el 14% de las exportaciones totales. Por lo que nuestra estructura productiva sigue siendo altamente vulnerable a los fenómenos climáticos.
El reporte alerta sobre el aumento de la frecuencia y la gravedad de los fenómenos meteorológicos extremos debido al cambio climático, señalando que hacen que nuestra economía permanezca vulnerable a los shocks, tal como lo demostraron las sequías de 2019 y 2022.
La actual bajante de los ríos aumenta los costos logísticos para los exportadores y plantea riesgos de cuellos de botella en el transporte. Estos riesgos se ven exacerbados por el posible aumento de la frecuencia y la gravedad de los fenómenos meteorológicos extremos debido al cambio climático.
Adicionalmente a los factores que afectan al crecimiento económico, la calificadora llama la atención sobre temas político-institucionales señalando un nivel moderado de derechos para la participación en el proceso político, una capacidad institucional débil, un Estado de derecho débil y un alto nivel de corrupción.
Esta alerta da cuenta de que llegar al grado de inversión no depende solo del buen desempeño macroeconómico, sino también de otros determinantes que deben ser considerados y que están en relación directa con las competencias que detentan las autoridades económicas y políticas, tanto las que son electas como las que forman parte del servicio civil. La responsabilidad que tienen en el futuro del país y de su gente es enorme. Ojalá tomen conciencia de ello y cumplan con las responsabilidades que les fueron asignadas.