El nuevo capítulo del ‘shooter’ de Activision se lanzó el viernes pasado para PlayStation, Xbox One y PC en todo el mundo. El título es un “reboot” (recreación) de Call of Duty 4: Modern Warfare, una de las entregas más innovadoras (de 2007) de la saga y que estaba firmado por el mismo estudio.
Call of Duty: Modern Warfare ha cambiado el motor gráfico y ha mejorado su experiencia de juego. Se lanza con tres modos: campaña (jugador solo), multijugador y ‘special ops’, una nueva modalidad de juego cooperativo.
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Este es el primer capítulo de la saga que será “cross-platform”, lo que quiere decir que los jugadores pueden jugar la misma partida independientemente de la plataforma que estén usando –Xbox, PS4 y PC–.
La propuesta de Infinity Ward pone el acento en la crudeza de las guerras modernas, con una experiencia que combina sonido e imagen para trasladar al jugador a la tensión y visceralidad del combate en primera línea.
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Las primeras imágenes que se han podido ver del videojuego muestran una vuelta a los orígenes de la saga: ambientes claustrofóbicos, escenas caóticas y combates cargados de tensión.
“Se trata de un Modern Warfare completamente nuevo, reinventado en todos los sentidos”, señalaba Dave Stohl, uno de los directivos del estudio Infinity Ward, en una nota distribuida con motivo del anuncio del lanzamiento.
“Estamos creando una experiencia emocional inspirada en los titulares del mundo de hoy –añade–, donde las reglas no son blancas ni negras, son grises, y las líneas de batalla se encuentran difuminadas”.