Un asegurado –de manera anónima– denunció que sigue la carestía de las medicinas e insumos en el Servicio de Hematoncología. Tal es el caso de su padre, que sigue tratamiento contra el cáncer, que en cada sesión de quimioterapia tienen un gasto de bolsillo de más de G. 1.000.000.
En la semana, la historia se repitió con otro desembolso familiar. Antes de la sesión que debía realizarse les informaron del faltante. La familia tuvo que hacer malabares para recolectar la suma de G. 990.000 para la compra de una ampolla de leucovorina. Esta vez, lograron juntar, pero a veces el dinero no alcanza y el tratamiento tampoco puede esperar.
Incluso, ni volutrol tienen en la farmacia del Hospital Central, dijo el asegurado. Este es un insumo para administrar las ampollas vía intravenosa. Un insumo básico y necesario para el servicio, explicó. El asegurado lamentó que, pese al aporte de cada mes, siempre se tengan que encontrar desde el año pasado con la situación de desabastecimiento.
“Esto es algo de nunca acabar”, refirió en un tono de resignación el asegurado con relación a la situación de desabastecimiento en la previsional. Cada semana es la misma situación, relató.
LA ENFERMEDAD NO ESPERA. Desde el año pasado, los pacientes con cáncer sufren penurias por los faltantes, situación que incide a veces en la postergación del tratamiento semanal o quincenal, debido a que no cuentan con los recursos económicos para la compra de los monoclonales, que tienen elevados costos.
Las adjudicaciones de fármacos oncológicos se concretaron de manera tardía, recién en diciembre del año pasado. Debido a este panorama se regulariza la provisión de manera parcial. Mientras, los asegurados hacen hasta vaquitas para comprar los medicamentos.