18 dic. 2024

Cambiar la matriz energética para mejorar la calidad de vida

La principal fuente de energía producida en Paraguay y que a la vez es la mejor a nivel mundial, es así la menos utilizada en el país, según el Balance Energético Nacional realizado por el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC). Paraguay es uno de los mayores productores de energía limpia y renovable y sin embargo utiliza fuentes que generan ineficiencia económica y malestar social y destruyen el ambiente. La situación actual enardece a la gente y los conflictos que genera nos ponen en una encrucijada en la que chocan la demanda por mejores condiciones de vida y la necesidad de producir. Los funcionarios con competencia en materia energética tienen la obligación de plantear soluciones para cambiar la matriz energética y mejorar la calidad de vida.

La oferta de energía de Paraguay es predominantemente renovable, considerando el peso de la hidroenergía en el total –47% de la oferta energética–; en segundo lugar está la biomasa con el 33%, en su mayor parte explotada en forma no sustentable, y, por último, los hidrocarburos, con el 20%, importados en su totalidad y dependientes de condiciones externas. Desde la perspectiva de la demanda de energía, la principal fuente energética es la biomasa, que absorbe el 44%, seguida por los hidrocarburos con el 40% y, en un lejano tercer lugar, la electricidad con participación de 16%.

Esta matriz energética es insostenible económica, social y ambientalmente tal como lo demuestran los propios datos oficiales. La deforestación y la contaminación del acuífero Guaraní son dos de las consecuencias más importantes del uso de biomasa y de combustibles fósiles. Ambas situaciones son reportadas por el Ministerio de Desarrollo Social y la Universidad Nacional a través de diversos documentos de monitoreo de áreas boscosas y de investigaciones a profundidad.

Desde el punto de vista económico, tampoco es eficiente. Se pierden recursos fundamentales para el país, como el área boscosa necesaria para enfrentar la crisis climática que tantos costos está generando a nivel público y privado, y, por otro lado, contamina el agua que tarde o temprano requerirá inversión pública para su descontaminación. Mientras, debido a la baja tributación en Paraguay, los efectos negativos de un sector minoritario que se beneficia con esta matriz energética se transfieren a la ciudadanía, quien termina pagando estos costos.

A los factores anteriores se agrega la ineficiencia de los servicios públicos, como el de transporte. El pésimo servicio obliga a las familias a pagar por transporte privado utilizando motos, autos o servicios de taxi. A la vez que aumenta los gastos familiares, genera un aumento del parque vehicular destruyendo calles y utilizando combustibles contaminantes.

Por donde se mire esta realidad, es un gasto para todos. Para el sector público, que debe invertir en obras y reparación de calles dirigidas a vehículos contaminantes y en servicios de salud, y para la ciudadanía, que no cuenta con un servicio seguro, barato y rápido para movilizarse y cuyos impuestos terminan siendo insuficientes para financiar el daño generado.

Las malas condiciones ambientales y económicas se traducen en una pésima calidad de vida. Nos estamos ubicando como país en el núcleo de los focos de calor en la región, haciendo cada vez más lejana la posibilidad de una vida digna. Las desigualdades se amplían porque un sector de la sociedad puede financiarse auto, aire acondicionado, viviendas y lugar de trabajo adaptadas mientras que otros destinan horas de su vida a la movilidad, trabajan de manera indigna y vuelven a sus casas sin servicios de energía o agua de calidad.

Esta sucesión de las consecuencias negativas que conlleva la ausencia de una política energética que beneficie a la mayoría puede continuar casi infinitamente por el amplio alcance que tiene la energía en la vida de las personas.

Es urgente que el Gobierno presente planes sectoriales para transitar hacia una matriz energética que contribuya al desarrollo. La situación actual enardece a la gente y los conflictos que genera nos pone en una encrucijada en la que chocan la demanda por mejores condiciones de vida y la necesidad de producir. A pesar de esta contraposición, en la semana la ciudadanía se unió dando una señal inequívoca de que exige un mejor desempeño de los funcionarios públicos y autoridades a favor de la mayoría.

Más contenido de esta sección
Un proyecto que buscaba modificar el Código Penal para evitar que los casos de corrupción prescriban en la Justicia fue rechazado por los diputados y enviado al archivo. Se buscaba endurecer las penas, ampliar el universo de tipos penales, extender plazos para la prescripción y endurecer criterios de medición de la pena para delitos de corrupción pública y privada, con énfasis en la corrupción cometida por funcionarios públicos. El rechazo de esta propuesta parece una verdadera declaración de intenciones.
Mientras el ex diputado colorado Juan Carlos Ozorio opera para obtener una medida sustitutiva a la prisión, la Cooperativa San Cristóbal, de la que fue presidente, siente las devastadoras consecuencias de haber sido una entidad a través de la cual, presuntamente, se puso en circulación el dinero proveniente del tráfico ilegal de drogas. Perdió la confianza y a miles de socios. Es un ejemplo de lo que les sucede a las instituciones cuando falta fiscalización. Si no mejoran los controles, este caso se volverá a repetir, con los mismos funestos resultados.
El hecho de que la mayoría oficialista del senado haya retrocedido en la barbaridad cometida cuando devolvió fueros a senadores previamente desaforados que están siendo investigados por la Fiscalía, puede verse como que enmendaron un error. Sin embargo, una acción que significó el atropello a la Constitución Nacional no debe quedar impune. Los 23 senadores que votaron por devolverle los fueros a Erico Galeano, Hernán Rivas y Rafael Filizzola, deben ser investigados, pues en un estado de derecho nadie está por encima de la ley.
Hace unos días, fue intervenida una estancia en Fuerte Olimpo, Alto Paraguay, y en el lugar fueron detenidas diez personas de cuyo poder incautaron fusiles AR47 y una avioneta Cessna, además descubrieron una pista clandestina que habría pertenecido a la estructura liderada por el supuesto narcotraficante uruguayo Sebastián Marset y al presunto líder de tráfico de drogas, Miguel Ángel Insfrán, alias Tío Rico. Resulta insostenible la falta de control del espacio aéreo nacional, ante la impasividad o complicidad de las autoridades.
Aproximadamente, unos 1.300.000 niños y adolescentes paraguayos retornaron a clases en los establecimientos educativos públicos hace unos días, y el escenario que hallaron muchos de ellos ha sido el de una infraestructura deficiente y precariedades. A pesar de que la Constitución Nacional consagra el derecho a la educación, frente a la realidad a la que asistimos, parecen apenas palabras vacías de significado debido a la ceguera de nuestros líderes políticos para anteponer los intereses de la mayoría y apostar por el presente y el futuro del país.
El acceso de los niños a alimentos adecuados y saludables es esencial para garantizar su bienestar físico, intelectual y social. Los programas de alimentación escolar han formado parte de la política educativa desde hace más de un siglo y permanecen en la actualidad, independientemente del nivel de desarrollo de los países y de los ingresos de los hogares. Pero en todos los países el programa se ha planteado de manera integral y tiene alto consenso social. Paraguay no puede ser una excepción. Los cambios planteados solo generaron conflictividad, a la vez de que no garantizarán mejoras sustanciales.