El documento, impulsado por las organizaciones internacionales Future Earth, The Earth League y World Climate Research Programme, se titula Diez nuevas perspectivas en la ciencia del clima y resume las investigaciones climáticas de los últimos 18 meses con la intención de inspirar a los responsables políticos que negociarán en la COP29 del próximo mes de noviembre “y más allá", según el comunicado oficial de estas tres entidades.
Diez ideas
En realidad, las perspectivas a las que alude el título no son nuevas, sino una vuelta de tuerca a problemas climáticos sobre los que los especialistas internacionales vienen trabajando, especialmente desde la firma del Acuerdo de París, aprobado durante la COP21.
Las tres primeras ideas apuntan a la necesidad de frenar el incremento de los niveles de metano –que han aumentado desde 2006– reduciendo sus emisiones y aplicando “soluciones rentables”, disminuir la contaminación atmosférica –el texto reconoce que ha bajado y que eso ha mejorado “considerablemente” la salud pública– y tomar en cuenta el incremento de las temperaturas y los niveles de humedad, que “empujan a la gente más allá de los límites de habitabilidad”.
El informe señala también cómo los climas extremos perjudican el bienestar reproductivo “poniendo en peligro a las mujeres embarazadas y los niños por nacer”, certifica los “devastadores” efectos globales de los cambios océanicos como El Niño o la circulación de las corrientes en el océano Atlántico, y propone la diversidad biocultural para “reforzar la resiliencia de la Amazonía frente al cambio climático”, combinándola con una “rápida reducción de emisiones a nivel mundial”.
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Tres puntos más hacen referencia a la vulnerabilidad de las infraestructuras críticas ante riesgos climáticos “más frecuentes e intensos”, los desafíos de un desarrollo resiliente al clima en las ciudades –"muy pocas” han integrado estrategias de mitigación y adaptación, afirma– y la brecha de gobernanza y competencia por los minerales necesarios para la transición energética.
El décimo y último punto se refiere a la “equidad, aceptación y resistencia” ante las políticas climáticas, que serán aceptadas si el público comprende el “factor determinante” que supone el concepto de justicia climática, pero rechazadas si se ignoran las preocupaciones de los ciudadanos.
Urgencia
Los científicos firmantes instan a los responsables políticos de la próxima cumbre climática en Bakú a “reflexionar sobre estos datos a la hora de actualizar sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés)” porque “los récords de temperatura global alejan aún más los objetivos del Acuerdo de París e incrementan las amenazas a la salud maternal”, especialmente en los países más vulnerables.
En este sentido, la profesora Joyashree Roy, del Instituto Asiático de Tecnología, ha recordado que según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, el 40% de la población mundial ya es “muy vulnerable” al aumento constante de las temperaturas, por lo que “ignorar la disposición y necesidades de los ciudadanos a la hora de diseñar y aplicar políticas climáticas conducirá a la pérdida de muchas oportunidades” al generar una “política climática debilitada e ineficaz”.
También el copresidente de la Liga de la Tierra, Johan Rockström, ha insistido en la confirmación de los cambios “a escala planetaria” que están conduciendo a zonas de la Tierra “más allá de los límites de habitabilidad”, aunque ha matizado que el informe aporta también “soluciones claras” que permitirían “evitar resultados inmanejables, con medidas urgentes y decisivas”.
Fuente: EFE