Por Carlos Morales
Mercurio ascendente intenso. En noviembre pasado, el actual ministro de Agricultura y Ganadería, Carlos Giménez, dudaba de la existencia de dicho fenómeno. De esta manera, contradecía incluso lo dicho por el propio presidente Santiago Peña, quien afirmaba que el cambio climático es algo real.
Tormentas tres veces más fuertes en los últimos 15 años, veranos y primaveras intensos y bajante del río son solo algunas de las consecuencias que ya aparecen en el país a causa de esta situación, detalla Ethel Estigarribia, responsable de la Dirección General de Cambio Climático del Mades.
Menciona que desde la dependencia a su cargo, llevan adelante estrategias de mitigación y también adaptación ante este escenario.
“Hoy estamos trabajando justamente en la generación de información y de datos para ver qué medidas son las que vamos a implementar para reducir emisiones de gases de efecto invernadero, pero principalmente adaptarnos al efecto del cambio climático”.
La situación generada por el cambio climático, puntualiza Estigarribia, afecta a la economía, pero también a los trabajadores.
La funcionaria del Mades detalla que los planes que llevan adelante cuentan con la participación de representantes de distintos sectores dentro de la Comisión Nacional de Cambio Climático. “Están trabajando muy activamente en el proceso de elaboración de inventarios de gases de efecto invernadero en el sector agrícola y ganadero”, afirma.
Contrapunto. Sin embargo, las acciones del Estado paraguayo tienen otra mirada desde las organizaciones ambientalistas. Leticia Arrúa, investigadora de Base de Investigaciones Sociales (Base IS), recalca que en cuanto a las políticas que lleva adelante el Gobierno no hay una medida que trate estructuralmente el problema al que se está enfrentando el país.
“Ni a nivel general de las emisiones de lo que se pueda contribuir al cambio climático global, ni mucho menos en lo relacionado con la vulnerabilidad al cambio climático porque, claro, Paraguay no emite mucho, pero es uno de los países más vulnerables, si no el país más vulnerable en la región al cambio climático”.
Agrega además que todas las medidas que plantean para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero están relacionadas con el mercado.
La investigadora cuestionó que en la Cuarta Comunicación Nacional del Paraguay, documento que es presentado cada tres años a nivel internacional para mostrar qué hace el país, el Estado paraguayo presenta como acciones el uso de la tecnología para la reducción de fertilizantes y la disminución de gas metano desde la ganadería.
Señala que quedan de lado lo que tiene que ver con la emisión de dióxido de carbono y la deforestación.
Soluciones. Existen dos posturas para hacer frente al cambio climático, comenta Inés Franceschelli, directora del Centro de Estudios Heñoi. Una de las posturas, a la cual se adhiere, es la de adaptarse y mitigar los cambios que están ocurriendo ahora. Esto último debe compensar el daño ya hecho y revertirlo.
La otra vertiente de pensamiento plantea que en realidad hay que solamente mitigar lo que viene ocurriendo, con algunas medidas basadas en tecnología y eficiencia. De esa manera, puede compensarse el daño que se hizo y se sigue haciendo.
En este segundo grupo, una de las propuestas es la reforestación con monocultivos. En el caso de Paraguay, una alternativa bastante usada es la plantación de eucaliptos.
Sobre este punto, Franceschelli señala que el eucalipto es un árbol que consume alrededor de 70 litros de agua por día. Además, modifica todo el ecosistema que está alrededor.
Para Leticia Arrúa, debe tenerse en cuenta que los planes de reforestación que plantea el Gobierno, sobre todo en la Región Oriental, se realizarán en un suelo ya agotado. Sobre el uso del eucalipto y su impacto en las zonas donde están, la directora de Cambio Climático del Mades, Ethel Estigarribia, señaló que los planes de reforestación del Ministerio están estudiando la utilización de otras especies vegetales.
Mercado. Una de las alternativas que plantean desde el Estado para luchar contra el cambio climático son los mercados de carbono, que son espacios donde un país que ha emitido más gases que generan el efecto invernadero, paga a otro país que ha conservado su masa boscosa.
Estigarribia comentó que hay municipios del país interesados en recibir la capacitación sobre esta alternativa.
Desde la visión de las organizaciones ambientalistas, esta propuesta no representa una solución.
“La lógica del mercado de carbono es la más falsa de las soluciones. En realidad, es un negocio financiero que no viene a impactar en absoluto en lo que ocurre”.
Enfatiza que solo sirve como compensación a los responsables de haber destruido los ecosistemas.
Leticia Arrúa, de Base IS, critica que los precios estipulados por hectárea por el Mades para el mercado de carbono corresponden al año 2013 y no han tenido el reajuste respectivo.
También puntualiza otros datos que quedan fuera del costo. “No se calcula ningún tipo de otro elemento, como otras funciones que esté cumpliendo en ese momento ese bosque”.
