El mismo hizo una larga explicación de las funciones de la SEN y contextualizó lo ocurrido en los años 2008 y 2009, donde refirió que se produjo la mayor sequía de los últimos 30 años, y la desesperada situación de 37.000 familias.
Indicó que como ministro de la SEN tenía la obligación de hacer las compras en forma urgente, y que no hubo irregularidad alguna en las compras. Es más, analizó paso a paso la acusación fiscal, donde señaló que no se probaron los hechos.
Señaló que su proceso era más político. Alegó que en vez de “coquitos de oro” debía ser “fiscales de oro” porque les costó caro al Estado y ahora están en cargos del Gobierno. Esto refiriéndose a los que le investigaron: Arnaldo Giuzzio, titular de la Senad; René Fernández, al frente de la Senac; Carlos Arregui, titular de la Seprelad, y Rocío Vallejo, actual diputada. Afirmó que el entonces presidente Fernando Lugo le dijo que Giuzzio quería entrar en la terna de fiscal general y que podía solucionar así su tema, pero que él se negó a que lo hiciera.
Señaló que si Giuzzio, Arregui, Fernández y Vallejo se sienten agraviados por sus dichos que le demanden o querellen. “Candidatos de oro. Usaron y abusaron de la Fiscalía para fines personales...”, remarcó ante los jueces.
Atacó a los testigos Gonzalo Deiró y Ana González y a la condenada Fátima Torres.