La secretaria de Estado para el continente americano, Diane Ablonczy, dijo a través de un escueto comunicado emitido el sábado que “Canadá observa que Fernando Lugo ha aceptado la decisión del Senado paraguayo de impugnarle y que un nuevo presidente, Federico Franco, ha tomado posesión”.
La declaración de Ablonczy parece ser una ruptura con las reacciones producidas en las últimas horas en otros países americanos que han rechazado la destitución de Lugo o han criticado al menos el procedimiento empleado.
Por contra, Canadá, a través de Ablonczy, se limitó a señalar que “solicitamos la calma en Paraguay y continuaremos siguiendo los desarrollos de forma estrecha”.
Ablonczy añadió que “la estabilidad y respeto por la democracia que actualmente existe en la región ha sido ganada de forma trabajada y debe ser protegida”.
En 2009, tras el golpe de Estado en Honduras contra el presidente Manuel Zelaya, Canadá también se apartó de la posición adoptada por otro países americanos, incluido Estados Unidos, que solicitaron la restitución del presidente constitucional.
En esa ocasión, Canadá condenó el golpe de Estado pero no solicitó la restitución de Zelaya y simplemente dijo que quería “una solución pacífica a la actual crisis política”.
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EFE