Loizaga reiteró a los familiares de Rosalía que el Gobierno no perdió de vista el caso que conmocionó a la sociedad paraguaya, informó el Ministerio de Relaciones Exteriores.
La reunión se realizó a puertas cerradas en el despacho del Canciller y estuvieron presentes José Amarilla, padre de la mujer; Arminda Escobar de Amarilla, su madre y su hermana Patricia Amarilla Escobar.
Si bien el alto funcionario del Gobierno reiteró la prioridad en el caso, reconoció las limitaciones de la diplomacia paraguaya al no tener relaciones con la de China Continental, país que no reconoce a Taiwán, con el que sí tenemos relaciones estables. Loizaga reiteró que el caso depende de la buena gestión del consulado de la República Argentina.
Rosalía, que se encontraba sin trabajo en 2012, fue engañada para viajar a Brasil, bajo el pretexto de adquirir allí prendas de vestir para abrir un negocio en Paraguay.
El 14 de julio de 2012, Rosalía dejó a su hijo en la vivienda del padre, con quien compartía la custodia del pequeño, asegurando que volvería a buscarlo al cabo de tres días y que estaría en casa de una amiga, pero sin mencionar que fuera a viajar a Brasil.
Cuatro días después, Rosalía llamó a su familia desde una cabina telefónica en Brasil, para contarles que había decidido viajar “por sorpresa” al país, y que regresaría en los próximos días. Fue la última vez que pudieron contactar con ella.
Tres meses más tarde, la madre de Rosalía recibió una llamada desde un número oculto, en la que una voz masculina con acento extranjero le comunicaba que su hija se encontraba bien de salud, y que estaba recluida en una prisión de China.
Las autoridades chinas impusieron una condena a muerte a Rosalía por tráfico de drogas, que podría ser conmutada por una pena de entre 15 y 18 años de prisión si se demostraba su inocencia, dijo Patricia Amarilla. El plazo vence el próximo 20 de marzo, cuando está previsto que Rosalía sea ejecutada.