No son los hijos de, es decir, aquellos que, por razones de abolengo o relacionamiento con el poder, les resultó fácil acceder a un puesto laboral en la función pública, como Luis José González, hijo del ex diplomático Luis González Arias, hoy de nuevo candidato a embajador ante el Perú. O un Horacio Nogués Zubizarreta, hijo del ex canciller de Stroessner, Alberto Nogués, que también fue durante años subsecretario de Relaciones Exteriores; o un Gustavo López Bello, hijo del ex embajador de Stroessner ante la Aladi.
Martha López Garelli es hija del ex embajador de Stroessner ante los Estados Unidos, Mario López Escobar. Juan Ignacio Livieres es hijo de Juan Ignacio Livieres Argaña, embajador de Stroessner ante la Santa Sede. José María González Ávila, hijo del director de Impuestos Internos, durante el gobierno de Stroessner. Wilma Patricia Frutos Ruiz, hija del ex canciller del presidente Andrés Rodríguez, Alexis Frutos Vaesken, ex ministro de Justicia y Trabajo, y también ex ministro de la Corte de Justicia durante la dictadura. Martha Moreno Rodríguez es hija del ex canciller José Antonio Moreno Ruffinelli, nieta del ex ministro de Industria de Stroessner, José Antonio Moreno González, y María Soledad Saldívar, hija del ex canciller de Stroessner, Carlos Augusto Saldívar.
En medio de la burguesía colorada, aparecen otros grupos familiares en el servicio local del ministerio o en algún consulado o embajada. Siguiendo la tradición de colocar a los parientes en las instituciones públicas, en la Cancillería, los Baiardi, los Fernández, los Acosta o los Riquelme también están y en buen número. Son matrimonios, cuñados, primos, sobrinos, etcétera, que también tuvieron el privilegio de conseguir un cargo en RREE.