Rodríguez explicó que en los últimos años, el Departamento de Canindeyú fue reconocido como un importante productor de soja, siendo considerado un referente en la actividad agrícola. Sin embargo, la situación actual es dramática, según dijo.
La prolongada sequía, que afecta a gran parte del país, mermó considerablemente la producción, con un estimado de hasta un 40% menos en la cosecha de soja de este año. Esta situación no solo impacta la economía de la región, sino que pone en jaque a los productores que dependen de esta actividad.
FINANZAS. Indicó que según los cálculos de los propios agricultores, esta merma en la producción genera serias dificultades para hacer frente a sus compromisos financieros, principalmente aquellos contraídos con entidades bancarias.
Solo un pequeño porcentaje de los productores, cerca del 5%, podrán tener una cosecha relativamente buena, lo que representa una esperanza muy limitada para la mayoría. La situación es crítica; muchos temen que sus deudas se acumulen y no puedan ser saldadas, lo que podría llevar a un endeudamiento aún mayor o en el peor de los casos, a la pérdida de sus tierras, según señaló Rodríguez.
SISTEMA DE RIEGO. El principal desafío al que se enfrentan los productores es la falta de agua. En este contexto, el sistema de riego se presenta como una posible solución para mitigar los efectos de la sequía; sin embargo, la inversión necesaria para instalar estos sistemas es considerablemente alta, lo que hace que no todos los productores puedan acceder a esta alternativa. Los costos de implementación y mantenimiento son factores que limitan su viabilidad para los agricultores.
Ante esta situación, los productores del Departamento de Canindeyú solicitaron al gobierno una medida urgente: el congelamiento de sus deudas mientras la producción se recupera. Esta medida permitiría que los agricultores puedan enfocarse en mejorar sus cosechas sin la presión inmediata de sus compromisos financieros. Sin embargo, la respuesta del Gobierno aún está pendiente, lo que genera incertidumbre en el sector.
La sequía no solo afectó la producción agrícola, sino que también generó un impacto social y económico considerable.