17 sept. 2024

Caos de infraestructura por la desidia de las municipalidades

No solamente en la capital del país. Son varios los municipios que muestran un estado lamentable en su infraestructura debido a la desidia de sus autoridades. Los reclamos ciudadanos no son tenidos en cuenta y la población ya no sabe a quién reclamar por la reparación de calles, puentes, limpieza de calles y otros servicios. A todo este conjunto se agrega otra mala noticia: y es que ya ha pasado el tiempo de elecciones, por lo cual las promesas de los candidatos que ganaron pueden quedar sin cumplirse.

A diario, vecinos de las ciudades, la capital, el área metropolitana y otras del interior del país, exteriorizan sus reclamos ya sea en los medios de comunicación o en las redes sociales. Las demandas que más resaltan son sin dudas las quejas por la deficiente infraestructura y la falta de efectividad para repararla.

En el caso más reciente se puede mencionar la caída del puente Poncho Pytã, que une las compañías de Rojas Cañada y Toledo Cañada, en la ciudad de Capiatá, en el Departamento Central. Dicha obra lleva casi un mes sin ser reparada, desde la noche del 30 de marzo en horas de la noche cuando se derrumbó, debido a un inusual temblor de tierra, presuntamente. Tras el derrumbe, el jefe comunal prometió que la reparación no tardaría más de 45 días, aunque hasta el momento de acuerdo con la denuncia de los lugareños, en el sitio aún no se han iniciado los trabajos.

Los vecinos de la zona, los principales afectados por el corte de esta vía de comunicación entre las compañías, aseguran que dicho puente ya tenía previamente problemas estructurales, por lo tanto no cayó debido al temblor. El puente Poncho Pytã fue construido hace más de dos décadas, bajo la administración del gobernador liberal Federico Franco; el último mantenimiento a la construcción fue realizado hace dos años, precisamente debido una fisura que esta presentaba.

Ante la caída del puente, actualmente los vecinos cruzan el lugar a pie, por encima de unos precarios pilotes que se erigen dentro de un muy contaminado arroyo, lo cual significa un grave riesgo, el cual aumenta en horas de la noche porque el puente caído ni siquiera está señalizado. En Capiatá los vecinos también se quejan frecuentemente del mal estado de las calles, que muestran enormes pozos de agua servida

Otro ejemplo de reclamos acumulados y desoídos es el de la capital del país. El centro de Asunción, que hace no demasiados años mostraba orgulloso las antiguas casonas que son un patrimonio histórico del país, se encuentra hoy en un lamentable estado de abandono. Muchas de estas derruidas construcciones son utilizadas como improvisados aguantaderos o sitios para marginales y el consumo de drogas. La Municipalidad no tiene un plan para revivir el centro, para promover la restauración de tan valioso patrimonio y para repoblar el histórico centro de Asunción; esto es particularmente decepcionante dada la gran necesidad de vivienda para la población.

Asimismo, la capital acumula similares reclamos al de otras ciudades, referente al deplorable estado de sus calles y veredas, así como también el deficiente servicio de recolección de basura y disposición de los residuos. Sin embargo, el gran reclamo que le gana a otros es el del escaso porcentaje de servicio de desagüe pluvial, que no llega ni al 30%. Los contribuyentes asuncenos –que además de ser escasos– cargan sobre sus espaldas la obligación de tributar por el servicio de desagüe pluvial cada mes, aunque el mencionado servicio no es proporcionado por la Comuna.

Con cada lluvia las calles y avenidas se convierten en una trampa mortal para peatones y automovilistas, y las autoridades municipales, intendente y concejales siguen sin dar respuestas a la ciudadanía.

Este caos por la precaria infraestructura en las ciudades, y la falta de soluciones a los reclamos ciudadanos, es inaceptable. Pero al mismo tiempo muestra la falta de interés y de compromiso de los políticos por trabajar por el bien común. Lamentablemente, el tiempo de campaña electoral y las vanas promesas ha quedado atrás, por lo cual es de temer que los reclamos seguirán acumulados, mientras las autoridades siguen impunes.

Más contenido de esta sección
Las ventas al público en los comercios pyme de Argentina cayeron un 25,5% interanual en febrero pasado, golpeadas por la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores a causa de la elevadísima inflación, y acumulan un declive del 27% en el primer bimestre del año, según un informe sectorial difundido este domingo.
El mandatario decidió crear el fondo nacional de alimentación escolar esperando un apoyo total, pues quién se animaría a rechazar un plato de comida para el 100% de los niños escolarizados en el país durante todo el año.
Un gran alivio produjo en los usuarios la noticia de la rescisión del contrato con la empresa Parxin y que inmediatamente se iniciaría el proceso de término de la concesión del estacionamiento tarifado en la ciudad de Asunción. La suspensión no debe ser un elemento de distracción, que nos lleve a olvidar la vergonzosa improvisación con la que se administra la capital; así como tampoco el hecho de que la administración municipal carece de un plan para resolver el tránsito y para dar alternativas de movilidad para la ciudadanía.
Sin educación no habrá un Paraguay con desarrollo, bienestar e igualdad. Por esto, cuando se reclama y exige transparencia absoluta en la gestión de los recursos para la educación, como es el caso de los fondos que provienen de la compensación por la cesión de energía de Itaipú, se trata de una legítima preocupación. Después de más de una década los resultados de la administración del Fonacide son negativos, así como también resalta en esta línea la falta de confianza de la ciudadanía respecto a la gestión de los millonarios recursos.
En el Paraguay, pareciera que los tribunales de sentencia tienen prohibido absolver a los acusados, por lo menos en algunos casos mediáticos. Y, si acaso algunos jueces tienen la osadía de hacerlo, la misma Corte Suprema los manda al frezzer, sacándolos de los juicios más sonados.
Con la impunidad de siempre, de toda la vida, el senador colorado en situación de retiro, Kalé Galaverna dijo el otro día: “Si los políticos no conseguimos cargos para familiares o amigos, somos considerados inútiles. En mi vida política, he conseguido unos cinco mil a seis mil cargos en el Estado...”. El político había justificado así la cuestión del nepotismo, el tema del momento.