“Cada eslabón en la cadena productiva representa una oportunidad para generar más empleos y, a su vez, luchar contra la pobreza en el país”, subraya la Cappro.
Añade que a medida que se avanza en estos eslabones, el impacto en la generación de empleo es notable, con la agroindustria actuando como un motor que impulsa otras actividades económicas, desde el transporte terrestre y fluvial hasta los servicios, la energía, la construcción, y el sector metal mecánico.
“La agroindustria tiene un efecto derrame significativo en la economía, lo que la convierte en uno de los ejes principales para apuntar al desarrollo económico de Paraguay”, explica.
Señala que la instalación de plantas procesadoras de soja en las últimas décadas no solo logró la generación de empleos e ingreso de divisas, sino que también permitió aumentar la disponibilidad de harina de soja, un subproducto fundamental para la alimentación balanceada de cerdos y aves.
“La instalación y ampliación de las industrias aceiteras han sido factores clave en este desarrollo”, expresa la Cappro, recopilando el estudio “Paraguay, potencia agroindustrial para alimentar al mundo”, realizado por el Dr. Emilio Ortiz Trepowski y Carolina Riquelme.
Afirma que esto también permitió que el hato avícola se duplique, pasando de 16 millones de ejemplares en 2008 a 32 millones de ejemplares para el 2023. Además, la producción de carne de pollo y cerdo se disparó, consolidando a Paraguay como un importante exportador de dichos productos.
Recuerda que durante 1991, cuando se realizó el censo agropecuario nacional, la industria de procesamiento de soja estaba en sus primeros pasos en Paraguay, con un área de cultivo de soja de poco más de 500.000 hectáreas y una producción de aproximadamente 1.500.000 toneladas de granos.
El stock de aves, que incluía ponedoras y parrilleros, era de 11,2 millones de ejemplares, mientras que el hato porcino alcanzaba 1.003.880 cabezas, según datos del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).
A lo largo de los años, la creciente inversión en la industria aceitera permitió un incremento significativo en la producción de harina de soja, un subproducto vital para la elaboración de alimentos balanceados.
Esto, a su vez, facilitó el aumento en la cría de cerdos, aves y otras especies ganaderas. La producción de huevos también experimentó un aumento, alcanzando 763,2 millones de unidades en 2023. Asimismo, la exportación de carne de pollo alcanzó las 12.571 toneladas, generando ingresos de USD 12,89 millones.
En el sector porcino, el hato pasó de poco más de un millón de cabezas en 1991 a 1.801.460 en el censo agropecuario de 2022. El volumen de faenamiento de cerdos se incrementó significativamente en la última década, de 297.429 a 745.073 ejemplares por año, con una producción de 67.233 toneladas de carne en 2023.
Las exportaciones de carne de cerdo, menudencias y despojos también crecieron, alcanzando 7.689 toneladas y generando USD 19,2 millones en el mismo año.