En 2024, las empresas paraguayas lideraron el ranking de exportadores de soja, enviando 3,5 millones de toneladas en grano, una cifra récord. Sin embargo, cuestiona que, teniendo la capacidad para procesar, las industrias optan por exportar la soja sin industrializar.
Desde la Cappro, se señala que la falta de una política industrial sólida y las desventajas fiscales en Paraguay están llevando a las empresas a tomar la opción menos rentable en términos de valor agregado.
A pesar de las grandes inversiones realizadas en la industria, que aumentaron la capacidad de procesamiento de soja de 1,5 millones a 4,5 millones de toneladas al año, la falta de competitividad se hace evidente.
Según el gremio, las políticas fiscales desventajosas y los constantes cambios en las regulaciones afectan directamente a la viabilidad de procesar la soja en Paraguay. Afirma que este modelo no solo limita el crecimiento del sector, sino que también afecta la competitividad global del país frente a competidores como Argentina, que disfrutan de condiciones fiscales y políticas más favorables.
Destaca que una de las desigualdades que enfrentan los industriales es la falta de derechos para recuperar el IVA.