El pabellón de máxima seguridad donde están recluidos Miguel Angel Insfrán, alias Tío Rico, y otros internos considerados de alta peligrosidad, ligados a grupos criminales como el Primer Comando Capital (PCC) y el Clan Rotela, cuenta con un régimen especial para evitar que los internos sigan delinquiendo desde su lugar de reclusión.
El Ministerio de Justicia, a través del viceministro de Política Criminal, Víctor Manuel Benítez, reveló que los internos asignados a este pabellón deben ceñirse a estrictas reglas como el uso de uniformes que serán de color rojo, permanencia por 22 horas en la celda, entre otros.
Benítez reveló que en este sector, llamado módulo 8, las celdas son individuales y cuentan con una cama con colchón, sábanas y frazadas; un sitio para guardar libros y un baño con ducha, inodoro y lavatorio.
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El desayuno, el almuerzo, la merienda y la cena se realizan dentro de la celda. Los internos tienen permitido salir dos horas al sol en un cubículo de 8 metros cuadrados sin techo, donde, eventualmente, pueden interactuar con otros reclusos, pero son monitoreados por cámaras de seguridad.
“Estos cubículos están pegados unos a otros, lo que hace que se evite el contacto físico con otras personas privadas de libertad, pero sí existiría la posibilidad de que puedan hablar en voz alta entre ellos”, expresó el viceministro en una entrevista con radio Monumental 1080 AM.
Cámaras de seguridad
Estas zonas están equipadas con cámaras que siguen de cerca los movimientos del interno considerado peligroso. Estos dispositivos tienen también la posibilidad de captar las conversaciones de los reclusos.
Las cámaras cuentan también con una tecnología para emitir alertas si capta a un interno con una vestimenta que no sea del color del uniforme oficial.
Las celdas no cuentan con tomacorrientes, con el fin de evitar que los reclusos puedan conectar aparatos como televisores, radios o cargadores de teléfonos celulares. Solo podrán tener acceso a libros para la recreación.
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Actualmente, el sector de máxima seguridad está ocupado por 22 personas consideradas de alto perfil para la Justicia. Estas están ligadas a grupos criminales como el Primer Comando Capital (PCC) y el Clan Rotela. Fueron trasladadas desde los penales de Ciudad del Este, Concepción y Emboscada.
La vigilancia está a cargo de 125 agentes penitenciarios nuevos que fueron formados especialmente para trabajar en el lugar.
También cuentan con un área de sanidad equipada para atender casos de urgencia, que cuenta, además del plantel de médicos, con sicólogos y otros especialistas.
El Centro de Reinserción Social de Minga Guazú cuenta con ocho pabellones independientes, de los cuales siete son convencionales y tienen un régimen más flexible, a los que pueden acceder los internos considerados de alta peligrosidad dependiendo de su conducta.
“Queremos crear un espacio de meditación para que puedan entender que tienen que seguir las reglas y dejar de delinquir para poder pasar al módulo convencional, donde sí tienen acceso a las visitas conyugales, acceso al comedor y otros beneficios”, concluyó el viceministro.