El arzobispo emérito de Tucumán, Argentina, fue enviado como representante del Vaticano para participar de la misa central en la Basílica de Caacupé.
La placa recordatoria la entregó el intendente Diego Riveros.
Las autoridades de la ciudad decidieron declararlo visitante ilustre durante la ceremonia eucarística, en que además se leyeron cartas del papa Francisco, dedicadas a los feligreses y religiosos; una en particular está dirigida a monseñor Claudio Giménez por su destacada labor en dependencias de la Iglesia y en especial por el cincuentenario de la diócesis de Caacupé.
El cardenal recibió varias artesanías hechas por cordilleranos, entre ellas, un poncho de 60 listas.