El cardenal Adalberto Martínez hizo un llamamiento particular, ayer, a las instituciones públicas que, últimamente, se declararon provida y profamilia para ir más allá en defensa de la familia.
“Nos alegra saber que en el Paraguay varias instituciones del ámbito público se han declarado provida y profamilia. Eso es muy bueno. Pero es necesario dar otros pasos. Les alentamos a traducir esa declaración de intenciones en gestos coherentes, así como en acciones y decisiones que favorezcan la defensa de la vida en todas sus etapas y las condiciones para el fortalecimiento de la familia”, expresó.
Fue durante la homilía que ofreció ayer en el Obispado Castrense, con motivo de los 105 años de la última aparición de la Virgen María en Fátima, a tres pastorcitos: Lucía, Jacinta y Francisco.
La referencia del arzobispo a “dar otros pasos” desafía al solo discurso que advierte la amenaza de la ideología de género. “Es absolutamente necesario y urgente impulsar las políticas públicas que permitan su estabilidad e integridad: techo y trabajo digno; educación de calidad; acceso a la atención integral de la salud; oportunidades para una vida digna, plena y feliz de cada uno de sus miembros”, expuso.
Recibí las noticias en tu celular, unite al canal de ÚH en WhatsAppEl tenor de su prédica estuvo centrado, en efecto, en el hecho de que Dios eligiera a una joven de Nazaret para ser Madre de su Hijo y que haya entregado su mensaje en Fátima a pastorcitos son “signos de la predilección de Dios por los pequeños, por los vulnerables, por los pobres”.
El cardenal dijo que el 13 de octubre de 1917, en Cova de Iria, Portugal, 70.000 personas “fueron testigos del ‘milagro del sol’, día en el que ocurrió un fenómeno inexplicable desde la experiencia humana y desde la ciencia, pero sí desde la fe”, sostuvo.