Durante la misa en honor a Nuestra Señora de la Asunción, en el marco de los 487 años de la Fundación de Asunción, el cardenal Adalberto Martínez emitió su opinión sobre el primer año de gobierno del presidente de la República, Santiago Peña.
En la ocasión, refirió que en este mes de agosto, tanto la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) como el papa Francisco piden que se rece por los políticos.
Manifestó que, en la intención para agosto, los obispos del Paraguay piden por los gobernantes del país, “para que sean conscientes de su responsabilidad de buscar el bien común y el desarrollo de nuestros pueblos”.
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El cardenal recordó que el sumo pontífice pide rezar por los políticos, porque no se puede avanzar hacia la fraternidad que la sociedad y el mundo necesitan sin los líderes políticos.
“Dice el papa que hoy la política no tiene buena fama: Corrupción, escándalos, alejada del día a día de las personas”, agregó.
Asimismo, manifestó que al cumplirse el primer año de Gobierno de Peña “ha habido algunos avances”, sobre todo en materia económica, como la calificación de nivel de inversión del país, la estabilidad macroeconómica, el impulso de algunas leyes para la reforma del Estado, los programas para la alimentación escolar y el acceso a la vivienda, entre otros.
Aseguró que son conscientes de que un año es poco tiempo, pero “es necesario dar señales claras e inequívocas de que la prioridad es la gente y sus necesidades básicas”. Además, mencionó que es importante dar pasos concretos, gestos y decisiones que atiendan las carencias más urgentes de la población.
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“Hacer opciones valientes por los que sufren exclusiones sociales, que claman reivindicaciones justas, para ganar y recuperar tiempos perdidos”, expresó.
Martínez refirió que las consideraciones de Gobierno no solo se deben basar en números económicos, que muchas veces ocultan la realidad social de una mayoría todavía carente y excluida, a la que se le niega la educación de calidad y la salud universal, que son precondición necesaria para una vida digna.
Así también, mencionó que se debe evitar la subordinación de las instituciones públicas al poder económico, que subyuga voluntades e impide un ejercicio democrático más genuino, no limitado solo al ritual de elecciones periódicas.
Pidió a los gobernantes que no olviden a los pobres
A los dirigentes políticos, sobre todo a los católicos y a los de buena voluntad, a las gobernaciones de los 17 departamentos y a los 224 distritos municipales de República, al distrito Capital Asunción, les pidió que no olviden ni posterguen a los pobres; escuchen y canalicen sus justos reclamos.
Les exhortó a que impulsen y sostengan con firmeza las políticas sociales que permitan la promoción humana integral sustentable de los sectores más vulnerables, sobre todo de los pueblos indígenas, de las familias campesinas, de las familias que viven en los asentamientos y hacinamientos urbanos, de los desempleados y de los que tienen empleo precario, que son la mayoría en el mercado laboral.
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También de las familias desintegradas por la emigración; de las familias afectadas por la drogodependencia que les causa dolor, sufrimiento, y las destruye. Pidió que el 2025, año jubilar para toda la Iglesia, sea de jubilo y grandes realizaciones para el desarrollo integral sustentable de nuestra nación paraguaya.
“Que la corrupción y la impunidad no roben los recursos y las esperanzas de la gente. Es incompatible ser buen cristiano y ser corrupto. El bien común de la nación está por encima de los intereses personales y de grupos particulares. El orden justo de la sociedad y del Estado es una tarea principal de la política”, expresó.