El principal factor es que habría, por un lado, varios privilegiados y, por otro, algunos miembros que reivindican más espacios.
La tensión, además, se da en las postrimerías de un año electoral en que en internas se decidirán intendentables por lo que dentro del movimiento y, en particular, dentro de una misma bancada no pueden convivir varios líderes.
La disciplina que hasta ahora caracterizó al cartismo en la Cámara se va diluyendo, más aún porque dentro del propio cartismo conviven enemigos regionales que deberán dirimir en las próximas elecciones sus diferencias.
En los pasillos de Diputados se menciona que es irreconciliable la coexistencia entre Orlando Arévalo y Jazmín Narváez, en Central, ya que el primero postula para la intendencia de Lambaré a su esposa, la concejala Carol González. Por su parte, Narváez es aliada del actual intendente Guido González.
Los diputados Derlis Rodríguez y Miguel Del Puerto, en Caaguazú, también mantienen diferencias. El segundo tiene más concesiones por parte de HC. En tanto, Héctor Bocha Figueredo y Esteban Samaniego mantienen rivalidad en Paraguarí.
Es además un secreto a voces que de la división surgiría un rival a la titularidad de la presidencia de la Cámara Baja, que hasta ahora tiene asegurada Raúl Latorre. Se habla del diputado Rodrigo Gamarra, quien tendría una muy buena relación con HC.
Unidad con pies de barro. Fue el diputado Yamil Esgaib, del ala dura del cartismo, quien ventiló “disputas internas” dentro del movimiento.
Celos y favoritismo en favor de algunos clanes como el que compone la diputada Rocío Abed, saltan a la luz y dan signos de una incomodidad manifiesta en el sector.
Esgaib adelantó que todo se decidiría en reunión del Comando de HC. Rocío Abed se defendió. “Hay gente que piensa y que podría pensar incluso que yo soy una mimada porque mi marido es el director de Itaipú. Entonces, muchas estupideces de esa naturaleza, verdad. Que porque mi marido es director... mi marido tiene una trayectoria vasta y es su mérito”, refirió sobre Justo Zacarías.