El director de Redes y Servicios de Salud del Ministerio de Salud Pública (MSP), Juan Carlos Portillo señala que existe preocupación por la actitud de Brasil y que el retraso de la segunda carga de insumos de bioseguridad, podría extender de nuevo el tiempo de cuarentena total para evitar el avance del coronavirus (Covid-19).
¿Cuánto tiempo se estima que durará el pico de casos de Covid-19?
– Eso es difícil de precisar. Porque ese tiempo estará directamente proporcional a la rapidez con que se propague el virus. El escenario ideal, que probablemente es más teórico que real, es que se infecte toda la población en un corto periodo de tiempo, todos desarrollan inmunidad, y que no haya casos graves. Pero nosotros no tenemos la posibilidad de que se genere ese escenario con intervención nuestra. A lo que podríamos apuntar es a tratar de controlar la propagación mediante estas medidas. Y eventualmente intervenir en base como se comporte la epidemia.
¿La cantidad de casos es porque todavía no entramos en la temporada o por las medidas de aislamiento?
–Son resultados de la implementación de las medidas de cuarentena. Categórico eso. Los hospitales siguen estando vacíos. A pesar de que los números de años anteriores mostraban ya una tendencia al aumento en esta época, acá está bajando. La curva está en su parte plana.
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Pero la gente elige quedarse en su casa antes de ir a los hospitales...
–Si bien es cierto que hay una recomendación del ministerio de quedarse en la casa, no estamos viendo formas leves o graves que estén llegando al hospital. Insistimos con el mensaje de quedarse en la casa. Pero si sos persona de la tercera edad, enfermo crónico o con enfermedad respiratoria andate igual, no te quedes en tu casa. Veo una baja en estos registros. En todo caso podemos decir que todo esto es consecuencia de las medidas que se están aplicando.
¿Preocupa el movimiento en las calles?
–El lunes hubo un descontrol, aunque no sé si llamarlo así porque fue algo previsto por el decreto. Preocupar, preocupar yo creo que no. En todo caso puntualmente nos obliga a ver cuál es la consecuencia que nos puede generar la flexibilización de la cuarentena. Porque no tenemos nosotros un manual de gestión de una pandemia; si bien hay delineamentos generales, no hay tampoco un protocolo estándar para la administración de la cuarentena.
¿Preocupa la actitud de Brasil en estos momentos?
–Obviamente Brasil es un proveedor para nosotros. Muchas cosas que son de interés nuestro en esta situación ellos fabrican. Y son vecinos nuestros. Teniendo en cuenta las dificultades logísticas en estos momentos, si ellos se mostraran más abiertos eso nos iba a convenir. Somos parte de un mercado común. Entonces vemos con preocupación eso categóricamente. Pero nos obliga a buscar alternativas. El ministro (Mazzoleni) estuvo conversando con sus pares, hay conversaciones de Gobierno a Gobierno para hacer compras conjuntas, inclusive mucho antes de esta pandemia.
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¿Preocupa la actitud del gobernante de Brasil con respecto al coronavirus?
–Evidentemente atendiendo a la vecindad que hay y el intercambio permanente y fluido en las ciudades fronterizas y teniendo en cuenta las características de algunos puntos de frontera, caso Pedro Juan Caballero, Salto del Guairá, entre otros, eso plantea preocupación, plantea dificultad desde el punto de vista de la gestión. Probablemente esos lugares hay que plantearlos como un todo desde ambos lados de la frontera. Si se va hacer un bloqueo, hay que hacerlo incluyendo a ambos lados. Evidentemente, de que de un lado haya una estrategia y del otro algo mucho más flexible plantea dificultades para la gestión. Sobre todo puede tener impacto en el logro de objetivos trazados. Desde ese punto de vista nos preocupa. Pero obviamente respetamos lo que Brasil hace porque es un país soberano, así como nosotros también.
¿Preocupa eso hoy o por el impacto que pueda tener en los siguientes meses?
–Nosotros tenemos datos que nos avalan. Estamos con relativa tranquilidad. Brasil tiene algunos focos donde la situación no se les presenta de manera muy favorable. Evidentemente en la medida en que ellos no logren controlar la propagación, el problema sanitario, para nosotros implica también un riesgo. Si bien la conectividad se redujo bastante, igual es algo que está latente, ahora y más adelante.
¿La cuarentena podría ir hasta el 15 de mayo?
–Te estás yendo un poco lejos. Estamos a prácticamente un mes de esa fecha. En todo caso creo que el Gobierno apuntaría a metas intermedias más cortas. Yo veo que lo más probable es que lleguemos a fin de mes. A partir de ahí que se haga una evaluación detallada y vamos a poder tener una tendencia más clara de la curva de propagación y también la cantidad de casos, la correlación en los periodos en que hubo relajación de parte de la población y otras estadísticas que podremos ver en un periodo de tiempo más largo. Ir hasta fin de mes y eventualmente replantear todo nuevamente.
¿Qué oportunidad para enfrentar otras epidemias representa para el sistema de salud esta crisis?
–Así como para toda la sociedad como para salud pública tiene que haber un antes y un después. Todos sabemos que nuestro sistema sanitario tiene debilidades. Ante esa situación nos llevó a extremar cuidados y a preocuparnos porque no están llegando algunas cosas que necesitamos. Se habló ya de reforma del Estado. Yo creo que tenemos que apuntar a redefinir el modelo de sistema sanitario que queremos. Y trabajar sobre eso. Hay varias líneas que tienen que ser revisadas y reformuladas, porque o si no va a ser más de lo mismo. El financiamiento del sistema sanitario fue y es un problema.
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¿Hay voluntad política para rediseñar el modelo?
–Desde que se inició esta gestión, se viene hablando de eso, de que hay desfinanciamiento, de que la cobertura es baja, entre otras falencias. Nosotros estamos tratando de empujar al cambio. Salud Pública no va poder hacer nada solo. Si hablamos de redefinir el diseño que desde acá podamos decir: “Bueno, esto necesitamos que se haga”. Pero el con qué hacerlo, eso depende de la voluntad de otros que son tomadores de decisión. Tenemos al Congreso Nacional por ejemplo. Aparentemente hay voluntad política de otros actores. Hoy el apoyo es prácticamente unánime a Salud Pública. En el mismo sentido todos ya estamos convencidos de que existen grandes debilidades e inclusive cuáles son, como la terapia intensiva, la falta de camas, etcétera. En ese sentido que se haya tratado y promulgado rápidamente una ley de emergencia sanitaria es una señal de que se tomó conciencia de que nuestro sistema sanitario necesita urgentemente que se haga algo al respecto.
Con lo que se está destinando a Salud Pública, ¿en qué porcentaje está pagando el Estado su deuda histórica?
–Si analizamos globalmente cuáles son las necesidades en materia de Salud Pública por parte de la población, esto es poco. Nosotros nos estamos preparando para reaccionar a una situación bien puntual. Para hablar de una estrategia sanitaria como algo global, hay políticas que tienen que ser revisadas, reformuladas, como por ejemplo la Atención Primaria a la Salud. Tenemos que llegar a toda la población. También el tratamiento de ciertas enfermedades catastróficas. También la salud mental. Es una deuda grande para la población y con el personal sanitario. Estos últimos están expuestos ahora a esta situación de riesgo, depresión, ansiedad por la inminente entrada de una oleada fuerte de coronavirus. Nosotros vemos que hay trabajadores de la salud que hasta quieren salir de los hospitales.
¿Cómo serán tratados los casos graves en el interior del país?
–Además de la estrategia de organización con hospitales para enfermos de Covid-19 y los destinados a las otras afecciones, con zonas de circulación diferenciada, está previsto que por cada territorio haya como un flujo. Llega un paciente a una Unidad de Salud de la Familia (USF), se deriva. Si la severidad del cuadro amerita que se quede en ese lugar, se queda y si no se va haciendo la derivación. Y eventualmente, por una cuestión de mayor densidad poblacional, de interacción social que hay en Asunción y Central, la mayor parte del refuerzo del sistema sanitario se concentra en esta parte. Y hay condiciones para recibir pacientes que son enviados desde el interior. Estamos apuntando a fortalecer la capacidad de diagnóstico en el interior, para que se tome la muestra y se procese ahí mismo. Hoy se está trayendo todo a la capital.
¿Cómo impacta al sistema de salud las bajas del personal por Covid-19?
–Un personal de la salud que entra en cuarentena deja como mínimo dos lugares vacíos. Eso obliga a hacer una reingeniería. Realmente complica. En el caso de enfermería es similar el problema. Estuvimos analizando varias alternativas, de concentrar en un solo lugar a la gente. Eso también plantea dificultades, todavía estamos tratando de encontrar un punto de equilibrio. En estos días vamos a insistir en el diagnostico al personal sanitario. Probablemente el lunes vamos a ampliar otro punto de toma exprés destinado al personal de blanco.
¿Esto que pasó en la Dinac no viene a salpicar el trabajo que se está realizando en Salud Pública?
–Obviamente esto instala la duda. Sobre todo lo que está haciendo el Gobierno. Podemos decir que golpea. En todo caso estamos tranquilos sobre lo que venimos haciendo. Si bien en los últimos días hubo intención de instalar la duda con los procesos que Salud Pública lleva adelante, nosotros nos ajustamos a lo que la ley dice. Apostamos a la transparencia y a ser los más claros posibles.
¿En qué porcentaje ayuda la primera carga del avión que vino de China con insumos a la preparación del sistema de salud?
–Yo apunto a recibir todo lo que está previsto. No me sirve hacer una evaluación sobre recepción parcial. Vamos a tomar como referencia dónde estamos hoy. Desde el punto de vista de organización no estamos en el 100% pero estamos lejos por encima del 50% en varias áreas importantes. En terapia intensiva estamos todavía por debajo. Queremos llegar a 300 camas más y llegamos a 150. En eso puntualmente no estamos dentro del objetivo que teníamos para esta fecha.
¿Qué pasaría si no llega o se retrasa más tiempo la segunda carga?
–Y probablemente nos veremos obligados a extender más tiempo las medidas más duras de la cuarentena.
¿Desde su punto de vista cómo terminará el país con esta situación?
–Creo que saldremos bien. Hay mucha evidencia que respalda lo que se hizo hasta ahora. Hay algunos planteos que no salieron como estaba previsto, pero tuvimos oportunidad de reencauzarlos. Evidentemente habrá un riesgo cuando entremos en la parte ascendente de la curva. Vamos a seguir trabajando para retrasar la llegada a la parte alta de la curva hasta que el sistema esté mejor preparado y que no se llegue a un pico tan alto.
Datos importantes
Bajas de blanco. Por cada médico y enfermero que cae, quedan por lo menos dos lugares vacíos.
Resultados. La poca presencia de pacientes es resultado de medidas aplicadas en contención.
Interior. Pacientes graves podrán ser tratados y dependiendo de sus cuadros derivados a la capital.
Insumos. Ayudará bastante a que llegue la segunda carga del avión que arribó ayer al país.
Hoja de vida: Juan Carlos Portillo
El actual director de Desarrollo de Servicios y Redes de Salud del Ministerio de Salud Pública, es doctor en Medicina y Cirugía recibido en la Facultad de Medicina de la UNA.
Cuenta con especializaciones en este campo. Su formación incluye cursos y capacitaciones relacionados con emergencias y/o desastres.
Entre el 2013 y 2017 fue director general del Sistema 911. Antes, entre el 2009 y 2011 se desempeñó como titular del Servicio de Emergencias Médicas Extrahospitarlarias (SEME).
En el Instituto Nacional de Altos Estudios Estratégicos, obtuvo la Maestría en Planificación Estratégica y Conducción Nacional. En la contigencia contra el Covid-19, forma parte del equipo que lleva adelante las acciones en el país.