Lorenzo Sosa, concejal municipal y vecino de la zona, lidera los esfuerzos para paliar esta situación. Con un camión cisterna facilitado por el consorcio PYBRA, encargado de la construcción del puente bioceánico, Sosa y su equipo distribuyen agua casa por casa. A pesar del intenso calor, este esfuerzo es vital para que muchas familias puedan sobrevivir a las temperaturas extremas. “Repartimos agua a los vecinos con baldes y tambores. Aunque agotador, es nuestra única solución por ahora, ya que muchos no tienen cómo transportar agua por su cuenta”, señaló Sosa.
La problemática no es nueva. Según Sosa, la falta de una infraestructura adecuada ha sido un problema recurrente, pero el aumento de las temperaturas y el crecimiento poblacional han agravado la situación. “Necesitamos una planta de agua de mayor capacidad. Es una necesidad básica que las autoridades departamentales y nacionales deben priorizar. No podemos depender de soluciones temporales como esta”, afirmó.
A pesar de su ubicación estratégica y su potencial como destino turístico en la entrada al Pantanal Paraguayo, Carmelo Peralta sufre una contradicción evidente. Mientras el puente bioceánico y la primera ruta asfaltada del departamento prometen desarrollo, sus habitantes continúan enfrentando una precariedad alarmante en servicios básicos como agua potable y energía eléctrica.
“Merecemos un servicio digno y sostenible. No podemos seguir dependiendo del río en pleno siglo XXI”, expresó un residente. AM