Desde su infancia, soñaba con ser bailarina, poeta y actriz. Se alzó con el Premio Edda de los Ríos como mejor actriz protagónica 2020. Fue secretaria general del Centro Paraguayo de Teatro (Cepate) 2013-2015 y 2015-2017. Fue reconocida como “Argentina destacada en Paraguay” por la Embajada Argentina, Ministerio de la Mujer y ONU Mujeres año 2016.
La artista inició sus estudios teatrales en 1979 en la Escuela Municipal de Arte Dramático de Buenos Aires. Siguió su preparación como actriz y directora con diferentes maestros, entre los que se encuentran Villanueva Cosse, María Luisa Gingles, Augusto Fernández, entre otros.
En Paraguay trabajó en Golpe de luna llena, de Agustín Núñez; El maleficio de la mariposa, de F. G. Lorca; Señoritas en concierto, de Cristina Escofet; Tango, cosa de mujeres, de Pablo di Genova; Cinco horas con Mario, unipersonal de Miguel Delibes; Doña Flor y sus dos maridos, de Jorge Amado, entre muchas otras obras.
En marzo pasado dirigió Desde la cornisa, unipersonal de Hugo Robles, y hasta la semana pasada estuvo en Carmen Coraje, escrita y dirigida por Raquel Rojas. En cine, participó de Lectura según Justino, dirigida por Arnaldo André, y Mangoré, del director Luis Vera.
Para marzo del 2025 está invitada junto a Hugo Robles a hacer Desde la cornisa y La mujer del don en un festival de unipersonales en Santander, España.
VIDA FAMILIAR
Carmen tiene 4 hijos y 2 nietos. “Lo único que tengo que compaginar actualmente son las milanesas de los sábados, porque mis hijos ya son grandes. Cuando eran chiquitos era más difícil, de hecho, dejé de actuar unos años y me dediqué a enseñar teatro para poder estar casi todo el tiempo con ellos. Fui y sigo siendo muy gallinita con los pollitos”, confiesa.
En sus tiempos libres le gusta hacer muchas cosas, desde ver series o películas hasta hacer limpieza profunda de la cocina, estar con sus hijos y nietos, tirarse panza arriba, escuchar música, leer, recordar poemas, tomar un café o un vino con amigos.
En cuanto a su profesión de actriz, una de sus mayores preocupaciones es que en Paraguay los actores que dedicaron su vida al teatro no tengan una jubilación o una obra social que pueda atenderlos en la vejez. Que haya que hacer colectas, rifas o polladas cada vez que algún compañero se enferma. “También me preocupa que tanto al público como a los medios les interesen más las obras que vienen de afuera que las que se hacen acá con mucho esfuerzo y casi sin recursos. Y a pesar de que ahora con las redes sociales es más fácil, nos sigue costando difundir nuestro trabajo”, resalta.
MULTIFACÉTICA
Briano también vivió en Paraguay en el año 1976 y trajo el hóckey al país. “Formé el primer equipo de hóckey de Paraguay y les enseñé a jugar con la fruta del mangal que había en mi casa de España y Santa Rosa, pues al no existir el deporte en el país, tampoco había elementos”, relata.
Ella jugaba en el Club Regatas de Bella Vista, de Buenos Aires. Para iniciar el primer equipo de hóckey femenino en Paraguay, Carmen, quien no conocía a nadie, le pidió a los compañeros de rugby de su hermano Tristán que le pasen los números de sus amigas que tenían su misma edad, 15 años.
En esa época se acercó a la Unión de Rugby del Paraguay a preguntar cómo podía formar una asociación de hóckey. La respuesta fue que deberían tener un mínimo de cinco equipos, pero solo eran dos. “Yo quería formar una asociación porque quería que el hóckey perdurara; me daba miedo que cuando yo me fuese dejaran de jugar, pero siguieron. Creo que fue en 1979 cuando me llegó la noticia de que Paraguay había jugado su primer partido internacional. La verdad que yo no tenía idea de que estaba instalando un deporte en el país. Yo solo quería jugar”, dijo en una entrevista pasada a ÚH.
