Los técnicos de Estados Unidos verifican desde ayer seis áreas relacionadas a inocuidad y residuos en alimentos con miras a la habilitación de la carne paraguaya. En la primera reunión insistieron en que evitarán reuniones con el sector privado a fin de salvaguardar la objetividad de la misión.
Los tres auditores del Servicio de Seguridad Alimentaria e Inspecciones, dependiente del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos son especialistas en microbiología, ciencias biotecnológicas y en frigoríficos.
Empezaron a trabajar ayer con una reunión introductoria en la que aclararon que no participarán de ningún evento organizado por el sector privado, así como tampoco los empresarios podrán acompañar las visitas técnicas. “En la primera reunión ellos dejaron muy en claro que el sector privado no va a ser partícipe de las reuniones”, informó el presidente del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa), José Carlos Martin.
Los funcionarios estadounidenses entienden que hay un conflicto de intereses por parte en el sector cárnico, por lo que tratan de evitar cualquier situación que ponga en duda el trabajo que llevan adelante.
Además de los expertos y el titular del Senacsa, participaron del primer encuentro el vicecanciller Raúl Cano; el encargado de negocios de Estados Unidos, Joseph Salazar y el presidente de la Organización Mundial de Sanidad Animal, Hugo Idoyaga, entre otros.
La delegación extranjera hará las inspecciones hasta el 17 de noviembre. Revisarán el área de microbiología, el Programa de Residuos del servicio veterinario, el punto crítico de control, las reglas y normativas de certificados, así como todo el proceso de faena, desde el desembarque de los animales en las plantas hasta los últimos procesos para la exportación de la carne.
Las auditorías en los frigoríficos arrancarán mañana, en total pasarán por esta prueba nueve de las 12 plantas habilitadas por el Senacsa. Mussa, Digna y Concepción en Asunción no forman parte de la lista a ser inspeccionada. La primera sufrió un gran incendio hace una semana que consumió al menos el 80% de sus instalaciones.
La Cancillería destacó este importante paso hacia la apertura de un mercado exigente que importa anualmente carne bovina refrigerada por USD 3.700 millones y el producto congelado por USD 2.700 millones. El Gobierno estima que los primeros envíos al país norteamericano se podrán realizar en el segundo semestre del 2022.