–¿Cómo te iniciaste en el maquillaje?
–Empecé estudiando aquí en el país, luego fui a hacer perfeccionamiento a Buenos Aires. Allí conocí a Óscar Mulet, que era mi profesor entonces, él me propuso traer su franquicia aquí. Así abrí mi estudio de maquillaje. Estuve a cargo de la franquicia por cinco años y hace un año tengo el local con mi nombre propio.
–¿Alguna vez trabajaste fuera del país?
–Trabajé en el staff de maquillaje de varias películas internacionales, una de ellas es Miss Tacuarembo, en Uruguay, con Natalia Oreiro. En Venezuela maquillé en la película El día de los pobres y en Argentina, en un documental sobre la vida de Adolf Hitler. También maquillé para varios comerciales de renombradas marcas en Argentina.
–¿Dictás clases?
–Doy clases todos los días. También dicté cursos fuera del país. En Ecuador, Córdoba y Buenos Aires. Voy cada tanto a dar clases para maquilladores profesionales y estudiantes.
–¿Cómo te iniciaste en los desfiles?
–Hace ocho años Javier Saiach me contrató para maquillar a sus modelos en el Paraguay Alta Moda. Esa fue mi primera experiencia en los desfiles. Para maquillar en esta clase de evento, necesitas mucha gente y fue así que formé mi staff.
–¿Cómo te organizás antes de cada desfile?
–En los desfiles se tiene poco tiempo, y por eso veo la capacidad de cada maquilladora. A una le encargo los ojos, a otra los labios y así va rotando. Todo está organizado.
–¿Ser maquilladora es un trabajo rentable?
–Actualmente, es una de las profesiones con mayor salida laboral y no solamente aquí, sino internacionalmente. Cuando empecé, hace diez años, mi sueño era tener mi propio estudio de maquillaje. Las personas me decían: ¿qué vas hacer con un estudio de maquillaje, cómo te vas a solventar económicamente? Porque antes se complementaba maquillaje y peluquería, pero yo solo quería un estudio de maquillaje.
–¿Siempre te capacitás?
–Voy al Miami Fashion Week y al Nueva York Fashion Week dos veces al año a traer tendencias de la nueva temporada. Ahí aprovecho también para hacer cursos de actualización, entre ellos maquillaje en pasarela y gráficas. Siempre veo qué puedo traer de nuevo.
–En la profesión, ¿existe mucha competencia?
–Muchos de los que trabajan maquillando son mis alumnos. No los considero competencia. Yo siempre les digo que cada uno se tiene que esmerar en su trabajo. No son competencia, son colegas. Hay que tratar de perfeccionarse para conquistar al cliente.
–¿Qué otra profesión elegirías si no fuera esta?
–Iba a pintar cuadros. Algún día, cuando deje de maquillar me voy a poner a pintar cuadros.