Patricia C. Benítez
La primera mujer presidenta del Club Internacional de Tenis, Carolina Molinas de Fernández, habló con Última Hora sobre su trabajo, desafíos y proyectos. Ella es abogada y está casada con Joel Fernández, con quien tiene dos hijos: Montserrat, de 15 años, y Joelito, de 9 años.
Según cuenta, Carolina nació en una familia muy unida y solidaria. Desde pequeña, soñaba con tener una carrera que le permitiera generar un impacto positivo en la sociedad. “Siempre tuve claro que quería desarrollarme en un ámbito donde pudiera ayudar a otros y participar activamente en proyectos que impulsen el crecimiento y el bienestar de las personas”, resalta.
“Ser presidenta del CIT es un honor y una responsabilidad que me llena de orgullo, soy socia de la entidad social hace más de 39 años, el Club es como mi casa, representa para mí un lugar de encuentro. Siento que es una gran familia”, afirma al tiempo de mencionar que “ver como se ha construido y ha evolucionado el club y poder ser parte de esa historia para mí es indescriptible”.
Como la primera mujer presidenta y la más joven en ocupar el cargo siente una gran satisfacción. “Un liderazgo puede abrir puertas. Mi mayor anhelo es contribuir a la construcción de un lugar mejor para todos los socios, asegurando que cada uno de ellos pueda encontrar su lugar dentro del Club. Deseo marcar la diferencia con una dirigencia activa, comprometida y participativa”, subraya.
Para Molinas, el desafío de ser mujer presidenta es mostrar un cambio de que la edad o el género no son barreras para asumir responsabilidades.
Más sobre ella
Para la presidenta del CIT, compaginar su vida profesional con la personal y familiar es un desafío interesante. “Estoy convencida de que la clave está en la organización y en la capacidad de establecer prioridades. Contar con un buen equipo de trabajo me permite cumplir con mis responsabilidades profesionales sin descuidar a mi familia. Además, el apoyo de mi esposo Joel es fundamental, juntos coordinamos nuestras actividades para mantener el equilibrio entre lo laboral y lo familiar. ¡Somos un equipo! Mi familia es una parte activa de mi vida y participa en muchas de mis actividades, lo que hace que todo sea aún más enriquecedor”, relata.
En cuanto a sus sueños, en lo profesional y dirigencial, su mayor anhelo es marcar la diferencia. “Me gustaría dejar un legado que inspire a otras personas a perseguir sus sueños sin miedo a los obstáculos. Aspiro a ser un referente de liderazgo y compromiso, demostrando que es posible generar cambios positivos a través del trabajo, la constancia y la visión de futuro”, manifiesta
En sus tiempos libres disfruta mucho compartir con su familia y amigos. También le encanta viajar y conocer nuevos lugares. “Creo que estas experiencias son esenciales para desconectar de la rutina y recargar energías”, asegura.
Sus mayores preocupaciones en cuanto a su profesión de abogada son por ejemplo la injerencia de la política en la Justicia. “Un sistema judicial eficaz y transparente es esencial para garantizar el acceso equitativo a la justicia, sin que los procesos se vean influenciados por intereses ajenos a la ley. La confianza en las instituciones es clave para el desarrollo de una sociedad justa y democrática”, remarca.
“En el ámbito dirigencial, me inquieta la resistencia al cambio y el arraigo del pensamiento de ´siempre se hizo así´. Esta mentalidad puede frenar el progreso, limitar la innovación y cerrar la puerta a nuevas oportunidades. Creo firmemente que el crecimiento requiere valentía para cuestionar lo establecido, explorar soluciones diferentes y adaptarse a los desafíos con creatividad y visión de futuro”, comparte.
Carolina Molinas resalta que su compromiso es impulsar una cultura de cambio, promoviendo un liderazgo basado en la apertura, la colaboración y la búsqueda constante de mejoras. “Hay un mundo de oportunidades esperando a ser descubiertas, y nuestra tarea es inspirar a las personas para que confíen en su capacidad de transformar la realidad y construir un futuro mejor”, opina.
