17 abr. 2025

Carta a la niña de Emboscada

Andrés Colmán Gutiérrez – @andrescolman

Hasta hace tres días tenías un nombre de heroína de novela romántica en francés, un popular apodo de muñeca, un apellido difícil de pronunciar y un encantador rostro de niña inocente que sonreía jugando con las cabras en un agreste paisaje cordillerano.

Tu rostro, tu nombre, tu apodo, nos acompañaron desde aquel 15 de abril, cuando se denunció tu misteriosa desaparición en Isla Alta, Emboscada. Desde entonces, a medida en que nos veíamos envueltos en la conflictiva cuarentena del Covid-19, también fuimos siguiendo la odisea investigativa e informativa en torno a tu mediatizada ausencia.

Desde nuestras creencias y motivaciones escribimos artículos, encendimos velas, compartimos oraciones, reforzamos denuncias, apoyamos movilizaciones, compusimos canciones, clamamos al cielo y a la Justicia para que seas hallada sana y salva, perdida o secuestrada pero viva. Eras la hija o la hermana con discapacidad motriz a la que nos hubiera gustado cuidar y proteger. Aun con excesos sensacionalistas, el periodismo tomó tu caso como bandera y todos seguíamos los reportes con ansias de la buena noticia de tu hallazgo.

A medida en que se conocían datos sobre el entorno que rodeaba a tu desaparición, fuimos comprendiendo que probablemente eras víctima de oscuras tramas que se establecieron por los resquicios de un sistema demasiado tolerante con la corrupción y la ilegalidad. El principal sospechoso, tu padrastro R.O., tiene un turbio pasado vinculado con la extrema derecha alemana, con una vinculación poco investigada con elementos políticos, económicos y hasta esotéricos en el Paraguay, un país que tiene demasiadas historias de coqueteo con el nazismo y otros proyectos totalitarios.

Hay evidencias que vinculan a R.O. con grupos de extrema derecha en Alemania, como el Movimiento Ciudadanos del Reich, que desconocen a la República democrática y reivindican a la antigua monarquía. Uno de los aliados de R.O., Peter Fitzek, el autoproclamado Rey de Alemania, visitó el Paraguay en 2012, en supuesta “misión diplomática” de su irregular reino y fue recibido por altas autoridades con un proyecto en un terreno en Emboscada, la misma región en que R.O. empezó a desarrollar un plan inmobiliario para atraer a inmigrantes europeos, el mismo lugar de donde desapareció la pequeña hija de su actual esposa.

Alguna vez tendríamos que revisar la tan cacareada política de “usen y abusen” del Paraguay, convocando a inversionistas extranjeros sin filtros, sin controles, con facilidades documentales e impositivas, que a menudo atraen a todo tipo de indeseables, antes que a empresarios que apuesten por un buen desarrollo.

Ahora ha cambiado la carátula del caso y te has convertido también en víctima de pornografía infantil. Por ley y por ética periodística ya no debemos nombrarte en las noticias, ni publicar tu imagen, lo cual arriesga a convertirte también en invisible. A partir de ahora eres solo “la niña desaparecida de Emboscada”, pero no dejaremos que te borren de nuestra memoria, ni de nuestros corazones. Seguiremos clamando por encontrarte, por que nos digan claramente qué pasó contigo y seguiremos luchando por construir un país en donde los niños y las niñas nunca más desaparezcan.