“En Paraguay tenemos la ecuación del diablo, un montón de pobreza en un montón de riqueza. Ya no podemos esperar que venga gente de afuera a decirnos qué y cómo debemos hacer. Que no vengan a contarnos que nuestro país es rico. Está en nuestras manos”, refirió.
El presidente celebró su día de gobierno este sábado en la ciudad de Villa Hayes, Chaco, donde habló con autoridades locales. El mandatario instó a los mismos a “trabajar juntos”.
“Trabajemos juntos para dibujar las prioridades. No abandonemos el rostro humano, yo también quiero rutas, pero de nada nos servirá las grandes obras si tenemos gente muriendo de sed, muriendo de hambre o sin una atención de salud. No quiero ser yo, el Ejecutivo, quien tome una decisión. Tomémosla junta”, dijo.
El presidente lamentó igualmente que compatriotas deban cruzar la frontera para buscar un mejor rumbo.
“No crean que me es indiferente y no me da dolor tener que exportar pobreza, que un paraguayo debe cruzar las fronteras para buscar atención médica. Ese no es un problema solo de frontera, pasa en la capital y el departamento Central. La capital es Areguá y el que quiere ser aregüeño debe hacer el parto en su casa o debe ir a otro distrito”, señaló.
Sin viejas historias
Cartes dijo que su administración no vino “para contar historias de cómo encontramos el Gobierno, vinimos a solucionar problemas, la gente nos eligió para solucionar problemas, no para escuchar (...) La criatura ya nació y está gateando. Dentro de poco va trotar y correr muy fuerte, y esa es la República del Paraguay”, enfatizó.
“Ya no quiero pedirle paciencia a la gente ¿Qué paciencia le voy a pedir? Solo les puedo decir que este proceso está arrancando. Nunca pierdan la esperanza. Les puedo asegurar que hay un montón de buenos paraguayos. Tenemos un gran país, lo que les pido es que nos sean los del exterior los que valoren más nuestro país que nosotros”, expresó el mandatario.
En otro momento, instó a la ciudadanía a trabajar. Señaló que él y sus ministros tienen prohibido quejarse de lo que dejó el anterior gobierno.
“Pongámonos la ropa de ‘vamos a trabajar’”, la potencia está ahí. Los problemas prefiero tomarlos como oportunidades. Lo que ya no van a escuchar de mi boca ni de la de los ministros, es quejarse de lo que nos dejaron ayer”, refirió.