22 sept. 2024

Casa de Serafina Dávalos, en completo estado de abandono

RESCATE. Los seguidores de la referente del derecho promueven su legado y buscan desentrañar los misterios sobre su muerte.

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Belleza antigua. La fachada de la casa contaba con dos cúpulas, una con forma cónica y otra prismática.

El hogar de quien fue la primera abogada del Paraguay, la intelectual feminista Serafina Dávalos, se encuentra en total estado de abandono y a merced de los adictos, según las denuncias de la Asociación Rescatando a Serafina, que trabaja para defender y promocionar su legado. “Reclamamos esta situación y nos dijeron que el IPS se encargaría de enviar una camioneta a diario para vigilar la casa”, contó Rosemary Dávalos, sobrina y nieta de Serafina. “Lo que más se llegó a hacer fue apuntalar algunas habitaciones, pero esto ya fue hace varios años y ahora no sabemos cómo están”.
Junto a su pareja, Gustavo Ilutovich, Rosemary trabaja incansablemente por destacar y valorar el legado intelectual de una de las librepensadoras más destacadas del siglo pasado y también de la historia de nuestro país. Hasta hoy participa y organiza eventos en su memoria y además busca saber en dónde fue enterrada, pues la localización de la tumba de Serafina Dávalos es todavía un misterio.

“Hablé con toda mi familia. Me dijeron todo lo que podían decirme. Entonces me fui a la Recoleta, hace ya muchos años, a pedir que me dejaran ver el libro de inhumaciones. ‘Quiero buscar a mi tía’, dije. ‘Quiero saber dónde está enterrada’. Cuando por fin me dejaron ver el libro, yo lo abrí en el apartado del año 1957, año en que falleció Serafina”.

Rosemary se esmeró en leer cada día de aquel año hasta llegar al mes de setiembre, específicamente el día 27. “Ella murió el 27. Llego al día 28 de setiembre de 1957 y veo un renglón en blanco... Se murió el 27 y se le tuvo que haber enterrado el 28. Es el único renglón en blanco que hay en tres libros que yo revisé”, recordó, perpleja.

Gustavo, a su vez, comentó que la Asociación trabaja incansablemente por encontrar más escritos de Serafina y de su legado que “se ocultó, como a ella misma cuando murió, que no se le permitió entrar al camposanto con su nombre”.

UN BRILLO. Serafina Dávalos nació el 9 de setiembre de 1877 en Coronel Oviedo, anteriormente conocida como Ajos, en Caaguazú. Doctora en Derecho en 1907, fue jueza de la Nación en una época en la que las mujeres aún no podían votar. Fue esta, de hecho, una de sus luchas a las que dedicó su tesis, titulada Humanismo, en la que aborda como una pionera los cuestionamientos feministas hacia la familia, la naturaleza social y económica del hombre y la subordinación de las mujeres. “Ella fue un brillo. Tenía una formación intelectual impresionante”, aseguró Rosemary, calificándola como una mujer “muy rigurosa, muy disciplinada, fuerte y destacada”.

“Todos en la familia sabían que lo último que a la tía Serafina se le podía pedir prestado era un libro. Porque no prestaba sus libros a nadie. Incluso papá me decía a mí ‘Serafinita’ cuando era chica, porque decía que yo con mis revistas y mi librito era una malcriada y no quería prestarle a nadie”.

Fundadora de gremios y asociaciones que defendían el derecho de las mujeres por su ciudadanía y su voto, vivió como una adelantada en una sociedad que aún no veía con buenos ojos las ideas que representaban con sus acciones. ”Ella se plantó ante la sociedad”, aseveró Rosemary, “y la habrán criticado mucho, pero no le importó, ella tenía que plantarse si quería seguir adelante”.

REFERENTE. Serafina Dávalos llevó la emancipación de las mujeres como un imperativo a lo largo de su vida. Fundó la Escuela Mercantil de Señoritas en 1905 y fue miembro de la Liga Pro Derechos de la Mujer en 1951. Vivió en carne propia la proclamación de la Ley 704 “De los Derechos Políticos de la Mujer”, que permitió a las mujeres paraguayas votar por primera vez en el país.

Había un mirador que habrá sido espectacular para la vista de Serafina. Con la asociación recorrimos la casa. Sus puertas con maderas talladas, el herraje artesanal, todo se perdió. Rosemary Dávalos, sobrina y nieta de Serafina Dávalos.
La casa quedó a la buena de Dios, y por supuesto, que fue invadida por cuantos adictos había. Incluso hubo gente que denunció que le entraron ladrones desde la casa. Gustavo Ilutovich, miembro de la Asociación Rescatando a Serafina.
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Remanente. La belleza de la construcción permanece como un recuerdo en la suciedad y la herrumbre.

José Bogado.

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Suciedad y humedad. Abandonadas a su suerte y con basuras y alimañas, las habitaciones interiores de la casa están expuestas a la inestabilidad del clima.

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Robos. Personas extrañas al lugar ya ingresaron a la casa para robar toda clase de objetos, entre puertas y maderas, según denuncias de los vecinos de la zona.

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David Galeano Olivera es el fundador y presidente del Comité Ejecutivo del Ateneo de Lengua y Cultura Guaraní y licenciado en Lengua Guaraní. Relata los desafíos que tuvo lo largo de su vida para enseñar el idioma nativo en el país.