El hombre de 64 años, quien se desempeñaba como casero de Javier Ibarra, en una entrevista exclusiva a Monumental 1080 AM explicó en qué circunstancias encontró el cuerpo sin vida del ex fiscal de la Unidad Especializada Antidrogas y ex viceministro de Seguridad interna el 25 de noviembre pasado.
“A mí me llamó la ex esposa, Noelia Neuman, a las siete menos dos minutos. Me llamó pidiéndome un favor. Me dijo —como yo vivo a una cuadra—: ‘Haceme, pues, el favor y despertale a Javier, porque parece que se quedó dormido y le llamé varias veces y no atiende’. Mi función era ir a despertar a Javier”, relató.
Cuando estaba llegando a la vivienda del ahora fallecido, dijo que vio a los pocos metros llegar a la trabajadora doméstica de la vivienda, Aida María Villalba, y que ambos estuvieron juntos en todo momento, hasta la llegada de las autoridades.
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Máximo Torres aseguró que cuando se percató de que el cuerpo ya estaba sin vida, le pidió a la mujer que retrocedieran del lugar y ambos salieron a la calle para hacer los avisos pertinentes.
Él llamó primero a la ex esposa, luego a una hermana de Ibarra, pero su teléfono se apagó para hacer el aviso a la Policía Nacional, por lo que utilizó el de Villalba, agregó.
“Él estaba boca para arriba y tenía dos manchas a la altura de la sien, que parecían moretones y luego había sido supe que eran hoyitos. No había nada de arma, lo único que vi que estaba a un metro y medio era su teléfono, estaba sonando, y una caja de cigarrillo, porque él fumaba mucho”, prosiguió.
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Expresó que está sorprendido con la prueba de antimonio, de residuos de disparos, que dio positivo para la doméstica y negativo para él, y lanzó una hipótesis al respecto.
El casero comentó que la mascota del ex fiscal, que es una perra de la raza bulldog francés, a la que encontraron extrañamente en la calle y por ello Aida María Villalba la subió en sus brazos, es muy cariñosa. Planteó que probablemente el animal lamió a su dueño o sus pertenencias durante el tiempo que estuvo muerto y que el mismo habría contaminado luego a la mujer.
La familia de Javier Ibarra también consideró que la trabajadora no tuvo ninguna participación en la desaparición del arma de fuego, una pistola calibre .22 que sigue sin ser hallada hasta la fecha. Según el fiscal Julio Ortiz, la hermana del fallecido manifestó que es una persona de confianza.
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Aida María Villalba cuenta con prisión preventiva, está detenida y fue imputada por hurto especialmente grave. El caso es investigado por Gerardo Mosqueira, Andrés Arriola y Julio Ortiz.
El ex agente del Ministerio Público murió de dos disparos en la cabeza, a la altura de la sien, en el interior de su vivienda ubicada en el barrio Villa Universitaria, de la ciudad de San Lorenzo, del Departamento Central.
Tanto el casero como la doméstica coincidieron en su versión de que al momento del hallazgo estaban semiabiertos el portón principal de la casa y la puerta de la cocina, donde se encontró el cadáver tendido en el suelo junto al celular de su propiedad, una cajetilla de cigarrillos y ningún otro elemento.
El personal de Criminalística levantó como evidencia solo una vainilla servida, no encontró la otra y tampoco el arma que se habría utilizado para matar.