Los datos corresponden a la Encuesta Permanente de Hogares (2021) dados a conocer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en el marco del Día de la Juventud.
Atender a la enorme brecha que se genera entre las comunidades urbanas y las rurales en la exclusión escolar es uno de los puntos que deben tenerse en cuenta a partir de estos datos, asegura el investigador en Educación, Rudi Elías.
Considerar los posibles efectos de la pandemia en la desescolarización de miles de jóvenes a partir de los 15 años es otra cuestión urgente, asegura.
“Es muy preocupante esta brecha que se observa entre lo rural y lo urbano, que es del 13%, no hace más que acrecentar las desigualdades que ya teníamos en el país”, advierte el especialista.
Lo que se debe investigar es qué es lo que impulsa a los jóvenes a tomar la decisión de considerar otras actividades antes que el colegio. “Lo que sabemos es que muchas veces eligen o no tienen de otra que sumarse a las actividades laborales para ayudar a la familia”, dice Elías.
El promedio de años de estudio en el país es uno de los más bajos de la región: apenas es de 9,5 años y el analfabetismo ronda el 5% desde hace años.
FACTORES. Entre los motivos históricos de exclusión está la situación de pobreza de las familias, cuenta Elías. “Pero hay nuevas causas que son difíciles de tratar, como el aumento del microtráfico y del consumo de drogas”. Para las mujeres, también debe considerarse el embarazo adolescente, que tiene siempre cifras altas en nuestro territorio.
En las zonas rurales el problema de acceso es brutal, porque muchos compañeros y compañeras deben caminar kilómetros si quieren continuar sus estudios, lamenta Natalia Vega, coordinadora de la Federación Nacional de Estudiantes Secundarios (Fenaes).
La secundaria indica que en el interior es común que las comunidades tienen solo hasta el tercer ciclo de la Escolar Básica en los establecimientos educacionales.
“Incluso, algunas escuelas solo tienen dos ciclos en la primaria, como antes que se estudiaba hasta el sexto grado”, remarca.
Como paradoja, Vega explica que el MEC usa de excusa que en una comunidad o en un barrio hay escasa matriculación de jóvenes, por lo que no abre colegios o incluso cierra los pocos que existían.
Solo en el 2016, datos oficiales indican que ese año la cartera educativa ordenó la clausura de 80 centros educativos en la capital y en el interior.
La situación se agrava porque no se considera el contexto de cada zona de un departamento o de los asentamientos. Entonces, la educación se aleja de nuestra realidad, observa la joven líder.
“La realidad no es la misma entre estudiantes de Asunción o de Central y de los que viven en el interior. Yo vi eso porque viví mucho tiempo en Concepción”, declara.
Entre los 15 y 19 años, la asistencia escolar cae en un 13% con respecto a edades más tempranas, siempre de acuerdo con la EPH 2021.
DISCUSIONES. Debatir no solo sobre el entorno de las escuelas, sino el contexto de las comunidades es fundamental para cambiar las prácticas educativas, sostiene Rudi Elías. Hay una discusión sobre las cuatro A que determinan las buenas prácticas en el sector: la asequibilidad, que se determina con la disponibilidad de la oferta educativa en la zona; luego la accesibilidad, que es si realmente esa institución disponible es accesible para todos, en cuanto a términos económicos o de inclusión.
“Las siguientes A son de adaptabilidad y de aceptabilidad, que deben considerarse con cada comunidad para saber si estamos o no en buen rumbo”, agrega el experto.
El presupuesto que se otorga para el sector también es preocupante.
Actualmente, los recursos disponibles solo son para pagar rubros de docentes que están en aulas, entonces no se puede incrementar ni agregar grados o cursos.
“En zonas urbanas, las instituciones educativas están desbordadas, ya no tienen lugar para más alumnos”, contempla Elías.
En el Ministerio de Educación confirmaron el aumento del consumo de drogas y de la violencia escolar.
La realidad de los jóvenes de la capital y de las comunidades más rurales es distinta, pero el sistema no atiende eso.
Natalia Vega,
coordinadora de Fenaes.
En la discusión de la transformación educativa solo está el contexto de las escuelas, pero no el contexto comunitario.
Rudi Elías,
investigador.