De acuerdo a los parámetros del organismo con sede en Washington, tener menos de USD 3,20 diarios significa estar en situación de pobreza en países de ingreso mediano bajo, mientras que USD 5,50 es la cantidad límite que marca una situación de indigencia en países de ingreso mediano alto.
En 2015, más de 1.900 millones de personas, es decir, el 26,2% de la población mundial, vivían con menos de USD 3,20 al día, mientras que cerca del 46% de los habitantes del planeta tenían menos de USD 5,50 diarios.
Sin embargo, el estudio “La pobreza y la prosperidad compartida 2018" dado a conocer por el Banco Mundial en coincidencia con el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza determina que la proporción de la población global que vive en la pobreza extrema bajó al 10% en 2015, comparado con el 36% registrado en 1990.
“Nuestros objetivos son poner fin a la pobreza extrema a más tardar en 2030 e impulsar la prosperidad compartida, y seguimos comprometidos con ellos”, señaló el presidente del Grupo Banco Mundial, Jim Yong Kim, en un comunicado.
El máximo responsable del Banco Mundial aplaudió que este estudio aborda la pobreza “desde una perspectiva más amplia, en diferentes niveles y dimensiones en todo el mundo”.
Según datos del informe, en la región de Latinoamérica y el Caribe hubo menos prosperidad compartida entre 2010 y 2015 que en años anteriores “debido a que sus economías se vieron afectadas por una disminución de los precios mundiales de los productos básicos”.
En 2015, casi el 11% de la población de esa región vivía con menos de USD 3,20 al día y cerca del 26% lo hacía con menos de USD 5,50 diarios.
Por su parte, la zona de Asia oriental y el Pacífico se anotó los mejores resultados en materia de prosperidad compartida: los ingresos del 40% más pobre de la población crecieron 4,7%, de promedio, entre 2010 y 2015.
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Frente a esto, muchos países de Europa y Asia central sufrieron un retroceso del crecimiento de los ingresos del 40% de su población, principalmente por culpa de la crisis financiera y del aumento de la deuda.
África subsahariana continúa siendo la región con mayor cantidad de personas “extremadamente pobres”, según los hallazgos del BM.
La población de esa región casi se duplicó en cantidad entre 1990 y 2015 y uno de los mayores incrementos correspondió al segmento que vive con menos de USD 3,20 y más de USD 1,90 al día.
Más allá de las mediciones de la pobreza en términos monetarios, en el dossier se analizó de qué manera el acceso a servicios adecuados de agua y saneamiento, educación o electricidad afecta el bienestar de las familias.
En el caso de la zona de la región africana al sur del Sahara, los analistas del BM determinaron que sus habitantes pobres sufren privaciones en numerosos aspectos, como bajos niveles de consumo y falta de acceso a la educación y a servicios básicos de infraestructura.
Una de las notas positivas de la investigación es que, a nivel global, los ingresos del 40% más pobre aumentaron en 70 de las 91 economías estudiadas por la institución multilateral.
En más de la mitad de las economías, los ingresos aumentaron con mayor rapidez que el promedio, lo que significa que recibieron “una mayor proporción de la riqueza económica”.
Sin embargo, los avances en cuanto a la prosperidad compartida se retrasaron en algunas regiones del mundo.
En este contexto, el Banco Mundial advirtió que los datos necesarios para medir la prosperidad compartida son “más deficientes”, precisamente, en los países donde es más imperioso que mejoren y abogó por un mayor esfuerzo para lograr un crecimiento más uniforme.